domingo, 28 de noviembre de 2010

Perdón, ya no más


Tan abrumadora y perturbante será la pasión por el fútbol que, rápido como un amague de Messi, promueve cambios de opinión absolutamente antagónicos en las masas más fanáticas como individualidades más, supuestamente, coherentes, pese a lo evidente de las pruebas condenatorias.

Pasa ahora con el tema Veneto y los casineros. Si hasta hace unos días todos pedían la cabeza de los juergueros y aplaudían la decisión del ‘Mago’ ahora la torta se volteó y no son pocos quienes sugieren el perdón para los indisciplinados – sobretodo para Farfán y Manco y, en menor medida, al menos malcriado, Galliquio - en defensa del ‘derecho patrio’ a clasificar a un mundial de fútbol.

Lo malo es que en esa nociva búsqueda no se miden consecuencias y hasta se pretende escupir principios básicos de comportamiento que, dentro de un deporte tan influyente para las sociedades como el fútbol, deberían intentar mantenerse. ¿Acaso tan poco vale la responsabilidad y disciplina para que, en un clíck, se vulnere normas fundamentales y vuelva a aplicar amnistía a los culpables?, ¿o quienes promueven ese pedido piensan que es sólo una rayita más a esas prácticas tan enquistadas de “dejar robar pero que haga obra” o “pásate nomás el semáforo en rojo porque luego al policía se le arregla”?

Finalmente, y siendo más específicos aún, ¿cuántas veces los ‘Machitos’, ‘Kukines’, Broncanos, y demás fueron amnistiados sin resultados positivos? No basta con querer resultados inmediatos o triunfos efímeros que ser genuflexos pueda generar. Se corre el riesgo de legitimar la indisciplina y el irrespeto en una población que urge de ejemplos permanentes para mejorar. Ya no más. Hasta la próxima.

Oswaldo Rivasplata González. Diario La Industria de Trujillo.

sábado, 27 de noviembre de 2010

S.A: salvación de los clubes peruanos

El drama que vive Cienciano del Cusco, sin duda el club peruano más exitoso de la década, los malabares que hacen Universitario y Alianza para reponerse de la crisis económica, vuelven a ocupar la atención de quienes creen que todo eso se puede evitar, que hay una ley en vigencia de la que se pueden servir y que la esperanza de un futuro promisorio es una realidad.

El doctor Carlos Torres Morales, representante del estudio Torres y Torres Lara, y el especialista en estos temas, el español Sabino López, coinciden en sostener que la Ley 29504, que promueve la transformación de los clubes en sociedades anónimas abiertas, es la gran alternativa para que Perú tenga un fútbol sin problemas, moderno y con una estructura como la que posee España, que también pasó por lo mismo y ahora goza de bonanza.

El doctor Carlos Torres asegura que a los clubes solo les falta mayor información sobre los alcances de la ley, que ya tiene nueve meses de vigencia, y que por ello hasta el momento no la ven con mucho interés. Resaltó al mismo tiempo que la Ley 29504 está dirigida a todos los clubes y no solo para aquellos que tienen deudas.
Expresó que este 4 de diciembre se vence el plazo para que todos los clubes se adecúen a la ley y que el 4 de abril del próximo año finaliza el plazo para acogerse al Régimen Especial de Fraccionamiento Tributario que les permitirá pagar sus deudas con la Sunat en 20 años.

“Esta no es una ley con nombre propio. Es una ley para todos los clubes. El presidente del Cienciano del Cusco sabe que esta es una ley que puede salvar a Cienciano de la crisis y de la desaparición. Solo falta que los dirigentes pongan un poco más de atención”, explicó. Agregó que “tampoco debe existir el temor de que el gobierno se convierta en el futuro en dueño de los clubes en caso no paguen las deudas. No hay riesgos para quienes quieran invertir”.

“La Conasev (Comisión Nacional Supervisora de Empresas y Valores) garantiza transparencia no solo en la gestión de los clubes, sino también en la información para ponerla a disposición del público, con la situación económica auditada permanentemente”, indicó. Por otro lado, Sabino López, quien encabezó la comisión que inició el cambio en el fútbol español, dijo que una realidad similar vivían los clubes de su país, con fichajes que no podían pagar y sueldos fuera de su realidad.

“Lo que hace falta acá es liderazgo, alguien que reúna a todos los dirigentes protagonistas de los clubes. Alguien que le ponga la realidad sobre la mesa y que todos expongan su verdadera situación. Además era una ley que obligaba a los clubes a ser sociedades anónimas, sino quedaban afuera”, dijo López, que participó, junto a otros especialistas, en un encuentro para analizar este tema organizado por ESAN.
El experto español no quiso referirse al papel de quien está al frente de la Federación Peruana de Fútbol, pero insistió en señalar que la ley peruana abre una puerta a la modernización.

Las opciones para la salvación
De acuerdo al estudio realizado por el abogado Carlos Torres, los clubes que operan como asociaciones tienen tres opciones: constituir un fondo y celebrar un contrato de gerencia con una sociedad anónima inscrita en Conasev, constituir una sociedad anónima abierta en la que la asociación participará como socia aportando el patrimonio neto con que cuenta el club y transformar la asociación a sociedad anónima abierta.

El club Universidad San Martín fue la primera institución en ser manejada como sociedad anónima desde el 2004. Después de eso fue campeón en 2007 y 2008, y este momento se alista para conquistar un nuevo título nacional ante León de Huánuco.

Presiciones
Deudas. De los 16 clubes profesionales, 13 tienen deudas tributarias. Universitario debe más de 70 millones de soles y Alianza más de 15 millones. Cienciano debe 7 millones de soles, Melgar de Arequipa 3 millones y Sport Boys casi siete.
Las S.A. Actualmente los clubes profesionales de San Martín, César Vallejo, Sporting Cristal, Juan Aurich y CNI de Iquitos son los únicos que ya pasaron a ser sociedades anónimas.

Carlos Baltazar. La República.

jueves, 25 de noviembre de 2010

La marca de Bielsa



"Los momentos en que he crecido tienen que ver con los fracasos; los momentos en que he empeorado, tienen que ver con el éxito. El éxito es deformante, engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes”


Podría ocupar las 16 páginas de este vespertino para exponer los conceptos que Marcelo Bielsa sigue expresando sin que alguno de ellos, ni por asomo, se torne vacío o con sabor a floro, que tan común resulta en el peloterismo cholo plagado de verseros de cuatro soles y pocos profesionales.

El ‘Loco’ se despidió como entrenador del seleccionado chileno en un marco tan masivo como emotivo, tan abrumador como sincero el cual, probablemente, nunca tuvo copias en nuestro país desde las épocas de Seúl 88, consecuencia del cariño que se supo ganar, a punta de responsabilidad y disciplina, en el pueblo mapocho.

Con un equipo saturado por las inconductas y que ni en sueños tenía esa dupla de delanteros de los noventa Zamorano- Salas, Bielsa sacó petróleo y lo puso en el Mundial de Sudáfrica con el absoluto merecimiento que un juego ordenado y siempre frontal – sea local o de visita- le brindaron. Pero eso no ha bastado para que su ida genere tantos lamentos. Es que este científico metido a DT ha labrado, además, ideas que han traspasado lo futbolístico e influido en la manera de ver el precio del trabajo colectivo y respeto por la persona en esa sociedad: Bielsa ha promovido la dignidad como mayor valor, la humildad como estandarte, la disciplina como forma de vida y la defensa del desposeído como partes de una estructura de trabajo que trajo enormes resultados. Más aún, nunca dejó de laborar y dio más de 40 conferencias sobre calidad de vida en zonas humildes.

“Gracias, ‘Loco’ por devolvernos la dignidad” se leía en uno de los cientos de carteles que inundaron el Monumental de Santiago, hace cinco días.

A ver si algunos, por aquí, aprenden algo. Hasta la próxima.

Oswaldo Rivasplata González. Vespertino Satélite.

Cabañas: de la fama al abismo


LOS ANGELES, California -- Es la voz de la misma mujer de aquella madrugada de enero en el Bar-Bar. Es la voz de la misma mujer de aquellas mañanas dramáticas de febrero en el hospital Ángeles del Pedregal. Es la mujer, la esposa, la madre, la que no recibió un balazo en la cabeza, recibió un balazo en el corazón.

"Necesito vender dos autos para poder alargar los gastos, pero tenemos muchas deudas, ya no podemos pagar las colegiaturas y no sabemos si nos alcanzara para comer al fin de mes", dice María Alonso Cabañas.
Los reportes del periódico Reforma en México son reveladores. Los reportes de la prensa paraguaya son escalofriantes. "Están por vender dos de sus automóviles, deben sacar a los chicos de la escuela privada y no saben si tendrán para comer a finales de diciembre", escribe el periodista Arturo Máximo después de reproducir una entrevista con la señora María Alonso, esposa de Salvador Cabañas.

También, según la prensa paraguaya, la esposa de Cabañas ha revelado que no tienen certeza de las propiedades que son del ex jugador del América. "No tenemos documentos que certifiquen que es nuestra casa". La mujer establece que la relación con el ex apoderado de Salvador, José María González, es incierta y confusa en cuanto a los negocios que tenían en el Paraguay.


Toda esta dramática información se una a la que fue revelada en México sobre las cantidades que devengaba Cabañas (más de 150 mil dólares al mes) y otros datos como que el jugador no estaba adscrito al Instituto Mexicano del Seguro Social y que el contrato no estaba debidamente registrado ante las autoridades hacendarias en México.
Yo no levanto la voz para exigirle nada ni al América, ni a a la FMF, ni a algún organismo porque sé y sabemos bien cómo se manejan las cosas en México. Pero... ¿Y en dónde están los futbolistas? ¿Dónde están cuándo un compañero ha caído en la desgracia y cuándo la esposa y los dos hijos de un compañero necesitan de su ayuda?

Sigo sentado, esperando impacientemente que alguno de los supuestos líderes futbolísticos de México levante la mano y pida algún tipo de aclaración sobre la forma en que el América ha tratado el caso de Salvador Cabañas. De paso, sería interesante que se enteraran si la familia del ex jugador estrella del América tendrá lo suficiente para comer en la cena de Navidad de este año.

El jugador de fútbol en México sigue siendo cómodo, vive cómodo, gana bien, es egoísta y no se preocupa por lo que de pronto le puede suceder a él mismo. Sé bien que muchos dirán que Cabañas no estaba en una heladería ni en una iglesia cuando ocurrió el incidente, pero ni siquiera eso es pretexto para darle la espalda en éste momento.
Cabañas no estaba listo para nada de lo que el destino le deparó: no estaba listo para ganar más de 150 mil dólares al mes. No estaba listo para el balazo que le dieron esa madrugada en México y no estaba listo para la vida que tiene hoy, una vida donde los supuestos amigos no existen más, donde los agentes y promotores resultan ser ladrones y donde los políticos, que antes utilizaban su imagen, hoy empiezan a ignorarlo.
La última frase de la esposa de Cabañas es igualmente espeluznante y dramática: "Tampoco vamos a pedir limosnas. Vivíamos en una casa de cristal y ahora no tenemos nada. Estamos en manos de Dios...".

David Faitelson. Espndeportes.com

lunes, 22 de noviembre de 2010

Gracias fútbol, por nutrir la literatura



Aunque nunca fui un gran entusiasta de sus teorías literarias, siempre recuerdo un cursillo que le oí a Roland Barthes, en los cursos de tercer ciclo de La Sorbona, a comienzos de los años sesenta, sobre el lenguaje de la moda. El ensayista francés llevaba a las clases las revistas de moda más populares –“Elle”, “Vogue”, “Marie Claire”– y sometía sus textos a un análisis brillante e incisivo.

Sus explicaciones mostraban de manera convincente que la crítica de (sobre) modas tiene muy poco que ver con la realidad que, supuestamente, describe con palabras –los vestidos, sombreros, zapatos, adornos, etc. de damas y caballeros– y que es, más bien, una retórica autosuficiente, autárquica, de gran originalidad e inventiva, cuya función consiste en ‘mitificar’ la moda, rodeándola de una aureola fascinante e irreal. Muchos de los lenguajes críticos de nuestro tiempo cumplen una función parecida: crear mitologías, incrustar lo irreal en la realidad cotidiana, añadir una dimensión imaginaria y fantástica a la experiencia de los hombres. En contra de lo que piensan muchos intelectuales puritanos, convencidos de que el hombre no debe distraerse jamás del mundo objetivo, de los problemas tangibles y contables, de la HISTORIA con mayúsculas, yo pienso que esta actividad –que por otra parte es la mía: fabricar ficciones– no tiene nada de enajenadora.

Que es, más bien, utilísima desde el punto de vista del individuo y de la sociedad. Todo lo que tienda a activar la fantasía y la imaginación humana es bueno. Todo lo que contribuya a estimular el apetito de la gente por ‘otro’ mundo, distinto de aquel en el que viven, es positivo, pues mantiene viva la insatisfacción y la inconformidad, el deseo de cambio, que es el combustible del progreso. Esta es la función principal de las ficciones en la vida –de todas las ficciones, las de los libros y de las películas, las que se cuentan y las que se cuenta uno mismo en la soledad de conciencia– y esto explica, sin duda, la terca longevidad de la ficción en el curso de la historia. Mientras haya ficciones habrá esperanza. Cuando desaparezcan, ya no la habrá, pues la humanidad se habrá robotizado del todo.

Igual que la crítica de (sobre) modas, la crítica del fútbol es también una formidable maquinaria creadora de mitos, un espléndido surtidor de irrealidades que alimenta el apetito imaginario de vastas multitudes. Hasta hace relativamente pocos años no lo era, pues los comentarios de fútbol en la prensa, la radio y la televisión tenían un carácter realista, se limitaban a cumplir el más mediocre cometido que cabe a la crítica: describir servilmente la realidad, referir puntualmente las incidencias de un partido, informar con objetividad –es decir, en un lenguaje invisible, transparente– sobre la actuación de los jugadores. ¿Qué interés puede tener ese tipo de crítica científica? En ese tiempo había que leer la crítica taurina. Era la verdaderamente creativa, fantaseadora, con un vocabulario entre esotérico y folclórico, capaz de perpetrar las cursilerías más encantadoras y de un humorismo involuntario constante.

En nuestros días, gracias a la demanda multitudinaria de ese público imantado por el fútbol, que quiere ver fútbol no solo en los estadios sino también en los diarios, las radios, la televisión, la crítica del balompié rompió ya con el realismo y accedió a ese estadio superior de la escritura, que es la creación de mitos.
Sin temor a exagerar se puede decir que es regla casi general que las páginas deportivas sean las más vitales e imaginativas de diarios y revistas, aquellas en las que el periodista muestra una libertad y una audacia estilística mayores. Lo mismo se puede decir del comentarista radial de fútbol, que, si es bueno, va enriqueciendo con sus palabras aquello que transmite, como un trovador medieval transformaba en sus versos los amores o las batallas que cantaba. El comentarista de televisión, en cambio, está embridado por la presencia de la imagen, que lo ata a la realidad del partido.

Estos periodistas deportivos, cuando son talentosos, jamás describen un partido o radiografían el desempeño de un jugador: los mitifican. Es decir, los sacan de su efímera, pasajera realidad concreta y los instalan en la realidad permanente, intemporal e incorpórea de la ficción.

He aquí unos cuantos ejemplos, elegidos sin trampa en los diarios a los que puedo echar mano en este estadio Balaídos de Vigo, donde escribo estas líneas. Un periodista catalán, refiriendo el desempeño que tuvo en el primer partido del Mundial ese arquero belga con nombre de cachetada (Pfaff), lo define bellísimamente como “el portero de la vista agrimensora”. Un crítico madrileño, por su parte, sintetiza con esta insuperable alegoría la derrota argentina ante el equipo Belga: “Argentina murió al atardecer, en el centro del campo. La magia de los campeones del mundo quedó atrapada por la tela de araña roja tejida por los belgas en la zona entre áreas”.

Los árbitros, para otro comentarista, no castigan a los jugadores: les “muestran la cartulina” o les señalan “el infamante camino del camarín”. Un partido no es un partido, sino un pretexto para sugestivas formulaciones retóricas, en las que la “visión práctica” y la “eficiencia zonal” del “estratega” (entrenador) soviético se enfrentaron a la “filosofía de inspiración individualista”, al “ritmo embrujante y mareador” del “once” brasileño.

Se podría hacer una linda antología de críticas de fútbol, mostrando cómo los periodistas-ficcionistas apelan, con instinto poético envidiable, para describir los partidos, a los más diversos arsenales retóricos, y que hay encuentros reseñados como un espectáculo musical, como una comedia de disparates, como una tragedia griega, como una hazaña épica o como una catástrofe militar. Gracias al fútbol, la literatura de ficción contemporánea se ha enriquecido con un aporte tan simpático como inesperado: las secciones deportivas de la prensa. Jóvenes estudiantes de Literatura: para comprobar prácticamente cómo la buena literatura transforma la experiencia real en mito, ¡lean las crónicas del fútbol!

Mario Vargas Llosa. Julio de 1982.

sábado, 20 de noviembre de 2010

El perdón como deporte



El caso de la escapada panameña, protagonizada en octubre por tres integrantes de la selección de fútbol, volvió a la discusión pública, pero esta vez con la otra cara de la moneda: si al descubrirse a los juergueros las voces mayoritarias reclamaban una sanción ejemplar –que, dicho sea de paso, se aplicó–, hoy surgen pedidos de perdón.

Llama la atención que en esta invocación a la clemencia algunos de los argumentos apelen más al para qué (una actitud de corte teleológico donde interesan más los fines a conseguir con el perdón, es decir, los triunfos y una posible clasificación) antes que al por qué (la razón de fondo por la cual debería otorgarse el perdón y si realmente es necesario y se merece el perdón).

Desde la primera perspectiva, lo realmente importante es ganar, garantizar los goles, a cualquier costo, cercana a una ética de corte utilitarista. Lo bueno será lo útil, lo que me permite mayor satisfacción y placer (victorias deportivas), y evita el dolor y sufrimiento (eliminaciones).
Se corre el riesgo de apostar por un pragmatismo en el cual lo importante es el beneficio a obtener sin importar los medios para conseguirlo. Algo de eso hay en la actitud frente a la corrupción de algunas autoridades: “No importa que robe si hace obras”.

Lo riesgoso en medios como el nuestro es que se puede terminar banalizando el perdón hasta reducirlo a la permisividad y la indulgencia excesiva al punto de crear una actitud si no anómica próxima a ella, en la cual no interese infringir la norma porque finalmente habrá un ‘perdón’. No pago a tiempo los impuestos porque, después de todo, habrá amnistía. No entrego mi tarea porque, después de todo, el profesor dará otro plazo.

Pensemos cómo, en algunos de los paros de transportistas públicos, una de sus principales demandas es la condonación de las papeletas impuestas por claras violaciones al reglamento de tránsito. Varios casos reiterados de perdón en el deporte (‘Kukín’ Flores, ‘Machito’ Gómez, Mario Broncano) no han resuelto el problema de fondo, que son ellos mismos, y tampoco brindaron significativos réditos deportivos. Jeremy Bentham hablaba del cálculo hedónico para calcular el grado de felicidad. Preguntémonos si en el caso del fútbol peruano una cantidad de goles, al precio que sea, contribuye a resolver el problema de fondo.

Marco Méndez. Diario El Comercio.

viernes, 19 de noviembre de 2010

¿Bolivarianos para Trujillo?, primero, seguridad

Con bombos, platillos y piñata Arturo Woodman, presidente del IPD, anunció que nuestra ciudad postulará como sede para los Juegos Bolivarianos del 2013. Un evento que, cada cuatro años, reúne a más de 5 mil deportistas de Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá, Perú y hasta Chile que sería invitado para esa edición, pero además, supondría un movimiento económico y turístico extraordinario. Todo bonito si también adicionamos los grandes beneficios en infraestructura deportiva que recibirá Trujillo con los más de 50 millones de soles que financiarían el gobierno nacional, regional y edil. Hasta el Mansiche volvería a tener césped natural y renovaría su vieja pista atlética.

Sin embargo, abrumados por esa lógica emoción de postular a un torneo de tal magnitud, las autoridades locales no deberían olvidar que la Capital de la Cultura ni por asomo estaría en condición de asumir un certamen como ese si antes, y en sentido prioritario, no se superan problemas sociales evidentes como la desocupación, la limpieza pública y, sobretodo, la inseguridad ciudadana. La capital liberteña, y esto no es novedad para nadie, se ha convertido en una comunidad peligrosa, donde la pobre dotación policial no puede contrarrestar los índices de asaltos, asesinatos o accidentes que cada día se generan y copan las informaciones impresas, radiales o televisivas. Entonces, ¿cómo haríamos para cuidar a miles de visitantes de todo el mundo?

En ese sentido, y con la firme ilusión de ganar la elección (a fines de año vendrían representantes de la Organización Deportiva Bolivariana – Odeba- para evaluar la propuesta) sería una buena oportunidad para que gobierno regional y municipal dejen de lado diferencias políticas, se unan y elaboren estrategias por un derecho que Trujillo y sus miles de deportistas merecen. Hasta la próxima.

Oswaldo Rivasplata González. Vespertino Satélite.

jueves, 18 de noviembre de 2010

¿Qué le dirías a Bielsa?


Ignacio Prieto, Pedro García, Raúl Toro, Arturo Salah, Luis Marcoleta y Manuel Pellegrini fueron algunos de los técnicos chilenos que compartieron con Marcelo Bielsa. El gran reclamo del ambiente futbolero es que el DT no se comunicaba con sus pares. Y salvo algún otro que quedó fuera de la lista, los elegidos fueron pocos.
“De ahí nunca más lo vi ¿Sigue en Chile?”, decía irónico uno de los entrenadores citados que, como la mayoría, tuvo solo un par de encuentros con el rosarino en su paso por la Roja. Donde sí Bielsa tuvo tiempo, espacio y ganas, fue para charlar y hasta hacer amistad con personas comunes y silvestres, gente de la calle o trabajadores generalmente sindicados como de la base piramidal. Que su mejor amigo es Gabriel Aravena, junior y árbitro amateur, que charla permanentemente con una podóloga, que le dio trabajo a un repartidor de una empresa de mensajería....

Bielsa siempre se dio mejor con el ciudadano de a pie, evitó a los tipos con rango y así dialogó con gente de Calama, Salamanca, Valparaíso, Peñalolén, Curicó, Maule, Constitución, Temuco, Punta Arenas y un extenso etcétera. Bielsa trepó por Chile. Lo conoció, lo disfrutó. Abrió su computador, lanzó primicias que ya se querrían los mejores diarios del país, pero las hizo en anónimo, para gente que solo agradecía el gesto y atesoraba el momento de haber cruzado palabra con el extraño Bielsa. Huraño, serio, pero cercano y hasta querendón Bielsa.

En una de sus visitas a provincia, el DT le dijo sí a un grupo de reporteros radiales. No era para hacer una entrevista en estudio ni para grabar una nota, sino para dar una charla y conversar en privado, pese a que todo el grupo -cerca de 15 personas- trabajaban en alguna de las cinco radios de la ciudad.
Bielsa pidió antecedentes de la agrupación y lo convenció el que en sus estatutos tenían como eje “apoyar al deporte local”. Viajó cerca de 200 kilómetros en camioneta, con su asistente Pablo Quiroga, quien de manejar el notebook pasó a ser su mano derecha, tras la suspensión de Eduardo Berizzo.

En el pasillo de un añoso teatro improvisó una reunión sincera, extensa y abierta. Ahí, entre los invitados, se habían hecho la pregunta: “Y tú, ¿Qué le dirías a Bielsa?”. En medio de agradecimientos y frases fuera del fútbol, uno de los comensales lanzó: “Qué le pareció el grupo que nos tocó en el Mundial?”. Era verano de 2010 y Bielsa no había hablado públicamente del grupo de Chile, sorteado en diciembre.

Sin problemas, el trasandino se largó: “Me parece un grupo promedio. Mejor que el que le tocó a Uruguay y peor que el que le tocó a Paraguay ¿Que Suiza y Honduras son ganables y España no? En un Mundial todos los rivales crecen y se hacen complejos”, explicó el DT.

Bielsa se fue del lugar como un rock star y pese a que debía volver rápido a Santiago para seguir con los entrenamientos de la Roja, almorzó donde –dicen- ofrecen las mejores plateadas de Chile. Porción doble y tres horas más de charla con el Bielsa más normal del mundo. Al tiempo, el rosarino agarró el teléfono y no llamó ni al alcalde (que le entregó las llaves de la ciudad), ni al presidente de la agrupación. Telefoneó al chofer que lo fue a buscar y a dejar a Santiago, para saber cómo andaba la vida.

El ¿Qué decirle a Bielsa?, en un momento de relajo, no parecía complejo. Distinto al Bielsa en el trabajo. Cuenta Daniel Morón que quedó turnio de tanto ver videos. Que las labores eran extenuantes, que todo tiene su límite.

Otro asistente (que se guarda la identidad) narra que una tarde, al ingresar al casino de Juan Pinto Durán, vio a Bielsa inmóvil con una cuchara de sopa a medio camino entre el plato y su boca. Sentado solo, el plato a medio terminar y la mirada perdida, totalmente perdida. Pensó el ayudante en zamarrearlo, en llamar a los médicos o gritarle, preguntarle qué le pasaba. Prefirió seguir cabeza gacha. Era Bielsa, el que en medio de cualquier actividad pensaba en cómo el Chupete Suazo podía generarse más espacios para marcar un gol.

¿Qué preguntarle (o gritarle) a Bielsa hoy? Ustedes dirán. Por lo pronto el DT proyecta, para después del partido ante Uruguay, un encuentro con un escritor chileno y tal vez vaya a compartir con los niños de una escuela rural. A fin de cuentas, ir donde al tipo de verdad le gusta estar.

Leonardo Salazar. Diario El Mercurio de Chile.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

'Mambo' populista



‘Manbo’ ha roto su silencio. En la entrevista que hoy publica El Comercio evalúa el desempeño de la selección en el Mundial. Bajo su batuta, nuestro equipo fue parte de la élite del vóleibol, y por eso merece todo mi agradecimiento y consideración. Pero quien lea sus declaraciones se sorprenderá y se hará la siguiente pregunta: ¿Estamos frente a un entrenador de vóleibol o a un político cazurro?

Queda claro, para comenzar, que en la particular mirada de ‘Manbo’ todo lo malo que ocurrió en Japón fue responsabilidad de las jugadoras. Que ni los problemas dirigenciales ni los desaciertos del comando técnico (en que sigue teniendo voz cantante) tuvieron que ver con los resultados. En su afán por esquivar las críticas acusa al equipo de falta de compromiso y de habilidad técnica, y hasta de flojera. ¿Este no es el tipo de cosas que debería decirse en privado, en el camarín, y no a través de la prensa? ¿Se imaginan a Mourinho o a Guardiola echando a los leones encima a sus futbolistas con la frescura de Park?

“El problema principal fue la recepción”, agrega: “Mira a las mayores, a Elena, Patty, Yulissa, Leyla y Jessenia, ninguna de ellas hizo buenas cosas en recepción en todo el torneo. Allí ya perdimos, pues”. La afirmación suena rotunda y bastante convincente, ¿verdad? Solo tiene un problema: no es verdad. Cualquier persona informada sabe que Elena es la armadora, Patty la opuesto, y Yulissa y Leyla las centrales del equipo, y que, por tanto, ninguna tiene responsabilidades a la hora de recibir. ‘Manbo’ lo sabe −vaya que lo sabe−, y aun así arremete contra el grupo de veteranas.

¿Parte de uno de esos juegos de poder a los que es tan afecto? Argumentos como el anterior son débiles, y no resisten mayor análisis. Pero hay uno en especial que refleja la mentalidad conservadora y retrógrada que impera en el vóley peruano, de la cual el propio Park es principal teórico: “¿Un psicólogo?”, pregunta: “¿Para qué es eso si las chicas no están locas?”. ¿Es por razones como esta que se evita la ayuda de expertos? ¿Acaso solo los locos necesitan psicólogos? Brasil, Rusia, Japón, Estados Unidos y todos los equipos que miran desde arriba a Perú cuentan con especialistas en psicología. Nunca imaginé que hubiera tanto lunático suelto en las canchas de vóley. En una de sola cosa estoy de acuerdo con Park: en la falta de recambio.

Perú nunca tuvo respuestas desde el banco. Si una jugadora falla una, dos, tres veces, lo lógico es que sea reemplazada. Pero Kim parecía creer que los problemas debían solucionarse solos. Cuando se le preguntó sobre este tema, dijo que “a diferencia de otras selecciones, solo teníamos siete u ocho con posibilidades de jugar”. ¿Si así son las cosas, qué va a pasar ahora que Leyla ya anunció su salida? ¿No hay material humano, como dijo para excusarse Kim? ¿Será entonces que la eliminación de Perú en el Mundial de Japón no es más que la partida de defunción de nuestro vóley?.

Raúl Tola. Diario El Comercio.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Copa América: "Que no panda el cúnico"



Cumplido el colorido sorteo de grupos para la Copa América 2011 sentí, inicialmente, que estábamos jodidos, que lo mejor era llamar al Chapulín Colorado haber si nos libraba con su chipote chillón. Impresión no lejana a la de muchos, luego de ver la conformación de la serie “C” o “de la muerte”. Pero luego, desapasionamientos de por medio, deduje que vaya si la oportunidad es propicia para la selección de Sergio Markarián en torno al objetivo principal: Brasil 2014. Pues, aunque enfrentar a Uruguay, Chile y México en la primera ronda del torneo que se disputará en Argentina y empezará el 1 de julio será tarea difícil, también es muy favorable en varios aspectos:

1. Medirse ante tres selecciones mundialistas del 2010 nos pondrá en ritmo de competencia para las Eliminatorias al 2014 la cual se jugaría, nuevamente, todos contra todos y comenzará ese mismo año.

2. Esos cotejos marcarán, para el entrenador nacional, la definitiva pauta para saber que jugadores están en condiciones de integrar el seleccionado que buscará clasificar a un mundial.

3. ¿Qué mejor sino jugar ante los equipos más fuertes – y no a elencos de nivel pobre- que permitan desnudar tus fallas y corregirlas?

Obviamente, ideal sería cumplir una participación aceptable – como pasar la primera etapa – para generar un clima de confianza y motivación al conjunto patrio y llegar bien a un proceso eliminatorio que estará, culminado ese evento, a la vuelta de la esquina. Ese objetivo, usar el certamen como banco de pruebas para el objetivo más importante, resulta clave. Y en esa intención, jugar con "cucos" sirve de mucho para un cuadro que tiene poco por perder y sí mucho por ganar.

 Buena ‘chamba’ para el ‘Mago’. Hasta la próxima.

Oswaldo Rivasplata González. Diario La Industria.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Verdades del voley peruano y dirigentes

Creo que a estas alturas de mi vida y después de haber pasado varios años jugando por la selección de vóley, declaraciones como las del presidente de la FPV, Juan Castro, y Mr. Park, no deberían sorprenderme pero la verdad es que no termino de entender.

El vóley peruano clasificó por sus propios méritos, bajo las mediocres condiciones de siempre, al torneo más importante en el mundo en cada deporte: un mundial. Cuando se gana, todos se suben al coche, inflando el pecho como pavos reales y compartiendo responsabilidades porque es lógico, son positivas.

Ahora que Perú no logró llegar más lejos en el Mundial, no pasó mucho tiempo (porque las chicas aun seguían jugando) para que comenzaran las críticas pero “solo” hacia ellas, las jugadoras. Sus dirigentes, quienes se supone velan por el deporte y sus equipos, ahora retiran el cuerpo y las hacen a ellas las únicas responsables de las derrotas. Es que es muy fácil: son siempre las jugadoras quienes tienen que dar la cara, pase lo que pase, dentro y sobre todo fuera de la cancha.

Tenemos un presidente de federación que lo único que hace últimamente es quejarse que no tiene plata, que no alcanza para mandar de gira a las jugadoras a países donde el vóley está súper desarrollado, y en vez de ello, con ese dinero, organiza copas y torneos en el país con equipos de menor nivel para cumplir con Frecuencia Latina y así aprovechar de la venta de los derechos de transmisión.

Un detalle importante que no sé si habrá llamado la atención de la gente es que estos torneos fueron organizados “jalados de los pelos” ya que no se consideró ni se cuidó a sus principales protagonistas: las jugadoras. Los torneos y partidos eran seguidos, al mismo tiempo que la liga nacional de clubes, con giras dentro del país, entrenamientos diarios: mañana y tarde, y sin dejar de lado las responsabilidades con sus auspiciadores.

¿Pueden imaginar todo este desgaste físico y mental sin una debida alimentación, suplementos, vitaminas, sicólogos (por más que Mr. Park crea que sirven solo para los locos), infraestructura adecuada, un gimnasio actualizado y no todo oxidado, atención médica profesional “in-situ” y una decente remuneración? Es lamentable pero esto sucede hace muchísimos años, tanto en el vóley como en otros deportes, pero es justamente el vóley quien tiene el mejor presupuesto porque recibe miles de dólares tanto del gobierno como de entidades privadas. A esto habría que añadirle los jugosos contratos de transmisión (porque no me cabe duda que éstos vienen con harta pulpa) con Frecuencia Latina por los derechos de transmitir los partidos de la selección Y con CMD por los partidos de la liga que se transmiten por canal 3.

Vuelvo a preguntar, ¿dónde está todo ese dinero? ¿Acaso la FPV se está encargando de la construcción del centro de alto rendimiento, tienen nutricionistas y alimentación preparada, espacios acondicionados para el de descanso de las jugadoras, dispensadores de hielo y bolsas plásticas?

Cada vez que se le pregunta al señor Castro sobre las cuentas de la FPV, su monótona respuesta de siempre es que la federación es una “asociación civil de derecho privado”, que como tal, no tiene por qué rendir cuentas. Pero si todo está tan claro como él quiere dar a entender, ¿por qué no cumplir con la nueva Ley del Deporte y esclarecer los gastos de la FPV del dinero otorgado por el IPD y por sus auspiciadores?

Ya de por sí, la federación está en falta al no cumplir con su colaboración del “10% de los montos que perciba la Federación como concepto de derechos de televisar y/o radiodifundir los espectáculos públicos deportivos en los que participen deportistas y/o seleccionados nacionales” para el Fondo Pro Deporte Escolar.

¿Qué tan difícil es ponerse al derecho si no hay nada que ocultar? Tan solo pensando en alto y en público con la férrea esperanza que en algún momento se le dé al deporte nacional el valor y sobre todo, trato que tanto se merece y que sus dirigentes tomen sus cargos en serio.

¡Vamos Perú!

Blog Lamula.pe

miércoles, 10 de noviembre de 2010

¿Pudo haber sido mejor?


Tokio. Es el momento del primer análisis, sobre caliente, con las chinas aún saltando sobre la net, y la primera sensación que queda es que Perú fue un equipo que se va a casa en el puesto 15 de la clasificación –entre los 24 equipos participantes–, que se llevará en la maleta solo un par de victorias (sobre Argelia y Costa Rica), pero dejó la sensación de que pudo haber hecho algo mucho mejor, de habérselo propuesto.
Perú fue presa de sus propias limitaciones, pensó mucho en el rival y se olvidó de que dentro del equipo había un enorme potencial que no pudo ser explotado en un partido determinado, aunque sí en distintos pasajes que causaron la sorpresa o la admiración de los oponentes.

¿Pudo haber sido mejor?
 Definitivamente, debió haber sido mejor. Pero cuando los errores se convierten en parte de sistema, la fórmula no suele dar buenos resultados.

Deportivamente hablando, el equipo siguió arrastrando un mal endémico en los seleccionados post-generación Seúl 88: la recepción. Muchos supondrían entonces que las que trabajaron mal fueron solo las chicas que están en la zona posterior, pero no es así. La recepción comienza desde el bloqueo, y fue allí donde estuvo la clave para que Perú no lograra cuidar los resultados.

La capitana Leyla Chihuán decía antes de que comience esta cita japonesa que las siete (incluyendo a la líbero) tenían que estar en un gran nivel, porque bastaba que una jugara mal para que el equipo pierda. Y, aunque ella no es pitonisa, su pronóstico se cumplió. Durante los partidos todas tuvieron altibajos y eso se notó al final.

Anoche terminó la participación peruana en el Campeonato Mundial de Vóley Femenino y ahora vendrán los tiempos de reflexión, de analizar lo que se hizo mal, de mejorar las aún pobres condiciones de trabajo que tienen las jugadoras y dotar al vóley de todo lo que se le prometió (el Centro de Alto Rendimiento, el coliseo propio, más de una cancha de material sintético para poder entrenar, giras, partidos y más giras y partidos)

PREGUNTAS SUELTAS
Pero mientras hoy el equipo alista maletas y hace el ‘check out’ del Keio Plaza Hotel, hay todavía algunas preguntas que quedan flotando en el ambiente:

¿Fue buena la gira a Corea previa al Mundial?
Las jugadoras comentaban que, para adecuarse al horario, sí lo fue. Pero por el tipo de comida deficiente que recibieron, el equipo debió bajar su preparación. Varias llegaron a Japón con 3 o 4 kilos menos.

¿Faltó alguna jugadora en este grupo?
 No, se vino con lo mejor que se tiene. Las chicas de la selección juvenil, bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud, todavía no están para este nivel.

¿Hubo desunión en el equipo?
Por lo visto aquí, no, y ellas aseguran que no. Dentro del campo se ve el fastidio de que las cosas no salgan de acuerdo a lo que se estudió o planificó.

¿Faltaron más partidos de preparación?
 Lo que faltó es más partidos ante rivales grandes y no ante tantos rivales pequeños. Se gana más perdiendo ante rivales europeos en una gira que ganándole en casa a Uruguay o a Trinidad y Tobago.

¿Deben cambiar al DT?
 Los futboleros quieren aplicar al vóley las mismas frustraciones de la selección. Pierde tres partidos y hay que cambiar hasta al portero. En el vóley se sigue un proceso cuyo destino final es clasificar a Londres 2012. El proceso debería seguir. Eso sí, Mr. Kim debería recibir clases intensivas de castellano para poder comunicarse mejor.

¿Falta organización?
 Los clubes en el Perú (limeños en su mayoría) tienen que trabajar para dos cosas fundamentales: tener una liga que sea más competitiva, que pague buenos sueldos, que sea capaz de generar la aparición de figuras; y tener un calendario mejor preparado, que ayude a que la selección pueda prepararse adecuadamente.

PALMARÉS PERUANO
A lo largo de la historia de los Campeonatos Mundiales de Vóley, Perú ha tomado parte en doce. Su mejor actuación fue, sin duda, la de 1982, cuando en el Amauta de Lima cayó en la final ante China. Tiene además una medalla de bronce. Es el único deporte colectivo que tiene tantas presencias mundialistas.
Este es el palmarés del equipo nacional:
1960 Séptimas
1967 Cuartas
1970 Puesto 14
1974 Octavas
1978 Puesto 10
1982 Subcampeones
1986 Terceras
1990 Sextas
1994 Puesto 14
1998 Novenas
2006 Puesto 17
2010 Puesto 15

Patrick Espejo. Blog Todo menos fútbol

lunes, 8 de noviembre de 2010

Por la paz



Hace unos días, retornado de Curitiba, Brasil, mi amigo Héctor Bocanegra comentaba, emocionado, de como en esa ciudad se ha instalado una importante cultura ambiental. “Desde el niño hasta el anciano, civiles y autoridades, cuidan la naturaleza, y así, la población se involucra para conformar una sociedad modelo” me decía, en una charla de café. Pero, la admiración va más allá si analizamos la forma en que se genera esa incursión pro-ecológica en la ciudadanía garota: de manera lúdica, divertida. “Las autoridades nos dijeron que el gobierno instauró en los colegios cursos de preservación medio ambiental que se dictan cada semana pero de forma vivencial, en la calle”, nos explicó.

Y otros ejemplos como el de Héctor podemos dar para sustentar lo importante que resulta, en la búsqueda de alentadores resultados en cambio de mentalidades o prácticas, la buena utilización del juego. Pero, con uno basta, y, con ocasión de la 41ª. Maratón de Trujillo, hubo otro espejo importante: el certamen tuvo un lema que resultó tan adecuado como bien fraseado en una ciudad que cada vez pierde espacio ante la delincuencia. Fue “Corramos por la Paz”.

Así se presentó en conferencia de prensa y se promovió con avisos publicitarios diversos. Y así, seguro, lo sintieron los cientos que vibraron ayer con una competencia que ha dado otro paso importante para ganar mayor trascendencia en el crecimiento de nuestra sociedad. Ya, y esto va para la plana gerencial de una empresa editora – La Industria- en la que participo desde 1997, si reactivan “Pelota de Trapo” y la dan la misma denominación sería genial. Hasta la próxima.

Oswaldo Rivasplata González. Diario La Industria de Trujillo.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Más allá del suelo

La historia de Franklin Lobos, el ex futbolista chileno que sobrevivió al colapso de la mina en Atacama y el extraordinario amor de todo su pueblo por un equipo de fútbol


COPIAPÓ, Chile -- En el día previo al mayor partido de fútbol de la historia de este remoto pueblito del desierto, el equipo se arrodilló a rezar. Los jugadores del Regional Atacama estaban a una victoria de ganar el campeonato y la promoción a la primera división del fútbol chileno. La comunidad minera de trabajadores de clase baja se sintió renacida. Así, unidos en el vestuario, le pidieron ayuda al santo patrón del pueblo: Por favor, deja que hagamos esto por el pueblo, por cada uno de nosotros. Ellos prometieron visitar el santuario del santo al costado del camino después del partido, para darle gracias. Un par de millas en las afueras de Copiapó, construida sobre una empinada pared de rocas, el lugar era una capilla abierta donde se encendían velas sobre los desvencijados portones de acero.

Cuando el juego terminó, y luego de que Atacama finalmente ganara, los jugadores ni siquiera se quitaron el uniforme. Corrieron desde el estadio, sobre la ruta 5, hasta el santuario. Todo el equipo. Franklin y Diego, Mario y Ramón, todos ellos. Eran jóvenes y fuertes. Sus pulmones se llenaron del aire de verano, y un centenar de fanáticos se reunió detrás de ellos, atrapados por la misma felicidad. Todos corrieron, gritando sus plegarias, durante nueve kilómetros. La multitud seguía al poderoso mediocampista de Atacama, su jugador más rápido, el hombre que había anotado el primer gol en la historia del equipo. Todos corrían detrás de Franklin Lobos.



CUANDO EL ALIENTO SE DETIENE
Casi 29 años después, el 5 de agosto, Lobos encendió su camioneta para manejar hasta la mina San José. Cuando se miró en el espejo no vio al poderoso joven que esa gente siguió en su carrera. Él vio a un hombre de cinturas anchas y calva brillante. Pero recordó esos días.

Justamente la semana anterior, él había jugado con algunos de sus viejos compañeros de equipo en un partido de veteranos. Tan querido era ese equipo de aquel 1981 que fueron ellos, y no los actuales profesionales, quienes fueron invitados a jugar el primer partido de inauguración del nuevo estadio. A Lobos, de 53 años, le encantaba jugar al fútbol con sus amigos, aún cuando su familia no podía entender por qué se pasaba tanto tiempo con estos cuarentones viviendo en el pasado.
"Los jugadores de fútbol tienen su momento", diría su suegra.  La mina de cobre y oro de San José tenía una reputación, aún en un pueblo de mineros. Los locales la llamaban la Mina Kamikaze. Un minero había muerto varios años atrás, y a comienzos de este año uno de ellos había perdido una pierna. Lobos recibía un 30 por ciento más de dinero, unos $1.500 dólares por mes, por trabajar ahí. Él sabía que era peligroso, pero tenía cuentas por pagar. Los jugadores no se enriquecían en esos tiempos. Todos sus ex compañeros de equipo tenían trabajos en el mundo real.

Él se metió más y más profundo en la mina, con un compañero a su lado, pasando a otra camioneta llena de amigos que emergían hacia la superficie. Afuera, sus amigos sintieron la conmoción en la montaña. Más tarde, ellos le dirían a todos que seguramente el colapso había matado a Lobos.

Abajo, un trozo de roca colapsó justo detrás de Lobos. La rutina diaria se transformó en una película de acción. Cayeron trozos de piedra a su alrededor, y una nube hirviente de tierra que transformó todo en oscuridad. Lobos se adentró más aún en la mina. El túnel se derribaba detrás suyo, con enormes trozos de tierra cayendo detrás de la camioneta. Las piedras enterraron una pieza de maquinaria y una torre de agua. Toda la montaña se caía detrás suyo, pero Lobos se las arregló para llegar a la cámara de rescate, donde encontró a otros 31 mineros. Ellos estaban también atrapados.

Todo estaba negro. Pasaron las horas. Ellos podían oírse a sí mismos, y las voces sonaban asustadas. El minero más viejo tenía 62 años y lideraba los rezos. El más joven tenía solamente 19 años, y su familia le dijo a los reporteros que le tenía miedo a la oscuridad.

Finalmente, la nube de polvo se asentó y todos trataron de ver lo que sucedía entre el polvo. Esto fue lo que vieron: 33 hombres en un pequeño refugio de emergencia, de 160 metros cuadrados, con agua limitada y apenas dos días de provisiones de emergencia. Ellos estaban muy profundo bajo la superficie (casi la altura de dos edificios Empire State), y los rescatadores no sabían dónde mirar.

El capataz Luis Urzua se hizo cargo. Él había sido entrenador de fútbol, y sus trabajadores lo respetaban. Primero, él había encontrado la manera de hacer que la comida dure lo más posible. Cada 48 horas, pensó, cada minero podría comer dos cucharaditas de atún, tomar un traguito de leche y medio bizcocho. Los hombres sacaban agua de las maquinarias para mantenerse hidratados. Urzua se pasó el tiempo haciendo mapas de los túneles alrededor, creando un dibujo del extraño mundo subterráneo, para que pudieran esparcirse. Usaron las luces de las camionetas para simular los horarios diurnos y nocturnos y así mantener la sanidad mental. Pasó un día. Pasó una semana.


Lobos escuchó los taladros triturando la roca, sacudiendo la frágil montaña, buscando ciegamente a los 33 hombres en la oscuridad. Cuando el ruido se acercaba, sus espíritus se elevaban. Se sentían vivos. Pero todo el tiempo los taladros se alejaban y el ruido se hacía silencio. Esas horas se sintieron como la muerte para los mineros. La comida se hizo escasa. Los hombres perdieron peso, unos 9 kilos cada uno. Un hombre escribió un poema: "Muchos días han pasado sin saber. Aquí en el fondo, mis lágrimas comienzan a correr".

Llegó el día 18, seguido del día 17. El taladro chillaba en la cercanía, cada vez más cerca, pero seguía alejándose también. El sonido desapareció. Las marcas y los granos comenzaron a cubrirles sus cuerpos. La comida se acabó. La esperanza se acabó. Lobos finalmente entendió que nunca iba a abandonar este agujero. Él esperaría un poco más, y luego escribiría una carta de despedida. Se sentó en la sala atestada, y esperó morir.

¿PERDIENDO UN HÉROE
En las horas posteriores al colapso de la mina, el rumor se esparció por Copiapó: Lobos, El Mortero Mágico, era uno de los 33. Los noticieros deportivos y los programas de radio recordaron su carrera.  Los comentarios giraron hacia 1980.

Copiapó existía en el borde de la civilización. Estaba en el desierto de Atacama, el lugar más seco del mundo. Pero a fines de los '70s, una explosión en la minería local y en las industrias agrícolas locales desató un boom. La universidad local, hoy una de las mejores de Chile, fue creada en 1981. Las grúas dominaban el paisaje. De hecho, ellas creaban el paisaje, porque antes de su arribo no habían edificios grandes. Y en abril de 1980, Atacama jugó su primer partido.

El estadio estaba lleno. Lobos anotó el primer gol y fue un ídolo local. Todos en el pueblo conocían su nombre, y cuando él y sus compañeros de equipo entraron a la Primera División en la temporada siguiente, en apenas su segundo año de existencia, su lugar estaba asegurado. Al igual que los Medias Rojas del 2004 ó los Saints de Nueva Orleans en el 2009, estos tipos ya no volverían a pagar por un trago. Ellos son famosos por peso propio. Es mejor que la fama. Ellos son amados por todos.

La promesa de esos años no duró mucho. El negocio de la minería decayó y el equipo eventualmente se fue cayendo, siendo reemplazado por otro equipo. Algunos jugadores se fueron del pueblo. Algunos se quedaron y consiguieron trabajos normales. Lobos manejó un taxi y luego aceptó un trabajo en las minas. La vida bajo tierra dejaba poco tiempo para otras cosas. "Algo sucedió cuando él comenzó a trabajar como minero", dice su suegra Ana Díaz Torrejón. "Él dejó de practicar deportes".

Aún así, cada tanto el equipo se junta y juega. Los partidos se vendían por completo y la muchedumbre cantaba las viejas canciones y todos recordaban un tiempo diferente. Incluso los jóvenes que nunca los habían visto jugar coreaban sus nombres. "Todo esto está en el corazón del pueblo", dijo Rubén Sánchez, miembro del equipo. "El pueblo recuerda todo esto hasta el día de hoy".

Ahora los fanáticos tratan de procesar la noticia. Imaginen a Bucky Dent atrapado en una mina, dado por muerto. Los ex jugadores, aún aquellos que habían perdido contacto, comenzaron a llamarse entre sí. En Santiago, horas después del colapso, el estelar del Atacama Mario Caneo oyó sonar su teléfono. Era el viejo utilero del equipo, Leonel Olmos. "Franklin tuvo un accidente en la mina", dijo Olmos. Caneo comenzó a llorar.

En su departamento en la ciudad de Nueva York, el duro defensor del equipo, Ramón Climent, miraba por cable el canal chileno cuando la lista de víctimas recorría la pantalla. El nombre de su viejo amigo le provocó escalofríos en sus brazos.

Todos esperaban las noticias: sus compañeros y la ciudad que los amaba. En Nueva York, en el 16to día, mientras Lobos perdía la esperanza en lo profundo debajo de la superficie, Climent casi se mete en una pelea con alguien que le dijo, durante una fiesta, que "Franklin está muerto".
Al día siguiente, Climent estaba sentado frente a su televisor cuando esto sucedió. Él escuchó la historia en su totalidad: el taladro había llegado a la cámara de seguridad, y los mineros ataron a ella una nota en una escritura temblorosa en letras rojas: Estamos bien en el refugio los 33. Franklin Lobos estaba vivo.



LA VIDA A 700 METROS DE PROFUNDIDAD
La gente inundó las plazas en todo el país. Los familiares y amigos trataron de procesar las noticias. Allá abajo en la mina, los hombres sintieron que nacían de nuevo. Se estableció la comunicación y el presidente de Chile, Sebastián Piñera, estaba en línea. Le preguntó a Urzúa que necesitaban sus 33 hombres. "Señor presidente", dijo, "no nos abandone". "No estarán solos", les dijo Piñera. "No han estado solos ni siquiera un momento".
El rescate comenzó. Los oficiales de submarinos chilenos comenzaron a armar un plan. Sudáfrica, los Estados Unidos y Canadá enviaron a sus mejores cerebros mineros. La NASA envió científicos para dar consejos sobre cómo mantener gente con vida en el espacio exterior, porque eso era esencialmente lo que la mina se había transformado. Todo era nuevo. Nada era sencillo. Imagínense: están atrapados en un túnel que tiene todas las salidas bloqueadas, y el rescate implicará la excavación de un agujero del ancho de una persona a lo largo de casi 10 estadios de fútbol. El equipo hizo lo que pudo a medida que avanzaban. Fue como la hazaña del Apollo 13.

Durante los primeros días, dos pequeños agujeros denominados como cordones umbilicales fueron tallados para llevar provisiones. Cada uno de ellos era de un ancho aproximado del tamaño longitudinal de un iPhone. Uno era para enviar agua, oxígeno y comunicaciones. El otro era para enviar paquetes hacia arriba y hacia abajo. La salvación llegaba en cilindros de 2.70 metros denominados palomas mensajeras.

Una de las primeras cosas que bajaron a la mina fue una cámara de video. Los mineros hicieron películas cortas y las enviaron nuevamente hacia arriba, como presentación del mundo en que vivían. Era como el mundo de la película "El Señor de las moscas". Tenían una sociedad armada, con oficiales y reglas, con alguien a cargo de la comida, y otra persona a cargo de su vida espiritual. En muchos aspectos, ellos habían creado un equipo.

Todo estaba organizado cuidadosamente. Una mesa para las cartas. Un estante para provisiones de primeros auxilios. Un hombre colgó un poster de una chica en la pared. Los mineros se figuraron maneras de usar el laberinto de túneles a los que tenían acceso. Un túnel era la letrina. El otro era para hacer ejercicio. El otro era para fumadores: dos hombres finalmente arreglaron para que los oficiales les enviaran cigarrillos en lugar de nicotina en chicle. Los mineros armaron la zona de fumadores en la parte más caliente de la mina y a una gran distancia, una caminata de unos 500 metros. El teléfono estaba puesto en un rincón, para que no puedan verse llorar entre ellos.

Las cartas viajaban en ambas direcciones cada día. Los mensajes eran líneas de vida. Carolina Lobos, la hija de Franklin de 25 años de edad, se sentía como si reamente estuviese comenzando a conocer a su padre. Un minero y su esposa decidieron que deberían casarse por iglesia, luego de haberse casado por registro civil 25 días antes. "Cómprate el vestido", le dijo. Otra mujer escribió que aceptaría la propuesta matrimonial que había rechazado no mucho tiempo atrás. Un hombre se enteró que su mujer había dado a luz a una niña. La llamaron Esperanza.

Los hombres pidieron videos de Maradona y Pelé. Pidieron música. Pidieron carne y cerveza, pero en lugar de eso les enviaron cintas elásticas y un régimen estricto de ejercicios para usarlas. Si no lograban un peso ideal no entrarían por el agujero de rescate. El médico del lugar trabajó alguna vez para el seleccionado chileno de fútbol, y él ayudó a que construyan su estámina aeróbica. También logró que uno de ellos, entrenado como paramédico, le envíe muestras de orina y sangre por el tubo. El médico envió vacunas hacia abajo. El tiempo que pasaron bajo tierra les estaba quitando la inmunidad ante los gérmenes más comunes.

Cada paloma tomaba 30 minutos para dar el viaje de ida y vuelta. Los hombres recibieron un proyector de televisión y antidepresivos, dados y canciones de amor. Comieron tres veces y dos bocadillos por día.

Recibieron instrucciones para enfrentar al circo de medios que los espera en la superficie. Lobos trató de contarles que la fama no es gratuita. Recibieron pequeñas biblias. Recibieron camisetas de jugadores famosos. Carolina le dijo a su padre que quería enviarle una pelota de fútbol ero que no entraba por el agujero. El juego nunca estuvo muy lejos de la mente de Lobos. Escribió una carta al nuevo equipo de Copiapó, el que reemplazó al Atacama, que jugaba un partido para evitar el descenso. Sean tan persistentes como los mineros, les dijo.

Mayormente, los 33 mineros se aferraron a su rutina. Tres turnos de ocho horas, cada uno de ellos limpiando las rocas que caían por el agujero que se excava para rescatarlos. Si no podían mover los trozos, quedarían encerrados en la mina. Cada hora contaba. Durante un breve contacto con el ministro de salud de la nación, Urzúa le dijo "hágalo corto, que tenemos mucho trabajo por hacer".

Un mes pasó así, y luego dos. Llegó octubre. Nadie había vivido bajo tierra durante tanto tiempo. Se sintieron felices porque el final parecía estar a la vista. Se sintieron nerviosos por el ascensor de rescate construído especialmente por la Armada. "Cada día estoy más impaciente", dijo Carolina Lobos. "Mi padre también. Estamos ansiosos".

Los hombres contaron los días. Escribieron cartas. Leyeron cartas. La nación entera siguió cada paso. En medio de todo este proceso, cuando el seleccionado de fútbol chileno jugaba un partido, los mineros podían ver el juego y, a través de la magia de las cámaras y los cables, el pueblo de Chile los podía ver a ellos. La transmisión se cortaba para pasar a una visión en vivo desde la mina. La cámara se movía para mostrar a Lobos, que sonreía. Una barba espesa le cubría el rostro. Lucía cansado pero a salvo. "Franklin Lobos es uno de nosotros", dijo el relator. "Para Franklin Lobos, un saludo especial".


UN LAZO QUE NO SE ROMPE
En Nueva York, con el trabajo de rescate ya encaminado, Ramón Climent supo que necesitaba hacer algo.
Tantas cosas le habían pasado desde sus días en Atacama, y aún cuando él estaba a tres décadas y 1700 kilómetros de distancia de la situación, él nunca se sintió realmente alejado de ese remoto pueblito del desierto ni de ese grupo de hombres. Los atletas pueden crecer y envejecer en mundos diferentes, pero nunca dejan de ser compañeros de equipo.

Caneo se subió a un autobús en Santiago. Doce horas más tarde se unía a Climent. Ambos llamaron a Diego Solís, quien se tomó un vuelo desde Buenos Aires. Estos jugadores, que no habían estado juntos en los últimos 25 años, volvieron a Atacama. "Podrían haber pasado 1000 años", dijo Caneo "y yo lo hubiese reconocido".  El tiempo voló. Solís rió y le metió el dedo en el oído a Ramón. Climent se rió de la piel de Solís, blanca como una azucena. "Es el próximo Michael Jackson", se burló.

Los tres caminaron por el pueblo. En un café local en la plaza reunieron una multitud. La gente se juntaba y los señalaba. Sus héroes habían regresado. Las cámaras lanzaban sus flashes. La gente les daba la mano. Primero hubo felicidad, pero luego una sensación de tristeza cubrió a todos. La gente de Copiapó se dio cuenta de por qué estos tres muchachos estaban de regreso en la ciudad. Ellos vinieron porque un viejo amigo estaba en problemas. "No solo somos amigos durante los partidos", dijo Caneo. "Somos amigos del corazón".

Estos tres hombres, de unos 50 años cada uno, fueron a la mina la semana pasada. Ellos pasaron el conocido santuario a la vera de la ruta hacia el cual habían corrido hace 29 años, con una bandera casera envuelta sobre ella pero no para pedir una victoria futbolística sino para pedir por el regreso de los mineros. El terreno cercano a San José es descripto a menudo como un paisaje lunar. Se ha transformado en una especie de cliché, pero es cierto. Veámoslo así: si estuviésemos en el sitio de una película de George Lucas que hable del fin del mundo, estaríamos recibiendo un buen premio navideño.

El lugar es desolado, y el duro desierto junto a la ruta de ripio hacia la mina los puso nerviosos. Esta vez fue el turno de Caneo a la hora de los escalofríos. Ellos se imaginaron el último viaje de Lobos hacia esta remota y solitaria mina. Ellos observaron las altas excavadoras y trataron de imaginarlo enterrado ahí abajo. La angustia se esparció por el auto: ¿cómo puede ser que un tipo que le trajo tanta alegría a una ciudad haya terminado trabajando en un infierno así?

Cuando ellos llegaron al polvoriento campamento, simplemente dieron vueltas y se pusieron a esperar. Se les había dicho que tendrían una oportunidad de hablar con Franklin por teléfono. Olmos, el viejo utilero, los encontró ahí, frente a la camioneta de CNN, y les tocó la canción del club Atacama por teléfono. Los tres jugadores conocieron a Carolina. Se reunieron en círculo para escucharla contar su situación. Ella sonaba muy madura. La última vez que la habían visto era apenas una bebé. Ahora era una mujer. Ellos hicieron preguntas, y ella hizo lo posible para responder. Ella vio la preocupación en sus rostros y, por primera vez, ella entendió por qué ellos le importaban tanto a su padre. Ella entendió que eran hermanos.

CAMPAMENTO ESPERANZA
Climent se paró ahí en el polvoriento camino y observó el caos que lo rodeaba. Delante suyo, los equipos taladraban día y noche, con tres opciones diferentes tratando de llegar a los mineros. Docenas de carpas fueron instaladas alrededor de la zona, con fogatas por todas partes. Los mensajes de esperanza cubrían las rocas en los alrededores. Se colgaban banderas por todas partes. Cientos de banderas chilenas flameaban en la brisa. Un grupo de sacerdotes daba misa. Los payasos hacían animalitos con globos para los niños. La gente leía cartas que habían llegado por las palomas. "Esto es una locura", dijo.

Cuando la mina colapsó, una extraña ciudad de carpas creció alrededor de la operación de rescate. Las familias se mudaron aquí al desierto, lidiando con días de calor excesivo y noches frígidas. Era como un circo. Algunas personas lloraban abiertamente. Otras peleaban. Un minero sufrió la gran desgracia de ver cómo llegaban su mujer y su amante simultáneamente. Carolina Lobos vivió en una carpa, fumando sin parar, llegando a consumir tres paquetes diarios antes de que Lobos fuese encontrado vivo. "Tengo que dejar de fumar para cuando mi padre salga de la mina", dijo. "Le prometí eso a él y a Dios".

Las camionetas de televisión los siguieron, y se metieron adentro también. Las cadenas y las grandes operadoras de cable de todo el mundo construyeron plataformas de madera para hacer transmisiones en vivo, conectándose vía satélite y reservando todas las habitaciones de hotel y todas las casas rodantes disponibles en kilómetros a la redonda. Hay casi más reporteros que familiares.

A medida que pasaban las semanas, algunas personas comenzaron a viajar diariamente desde Copiapó. Carolina hizo eso tambiéñ, aunque se siente más cerca de su padre en la mina que en su hogar. Cada noche ella durmió con la camiseta Adidas que encontraron en el vestuario de su padre a la salida de la mina. Durmió con arrepentimiento también. Antes de eso, ella tomaba por sentado lo que su familia le daba. Ella quería a su padre pero realmente nunca se tomó el tiempo para demostrarlo. El accidente le hizo dares cuenta lo que se había perdido. Con su padre encerrado en un extraño purgatorio, ni vivo ni muerto, ella se imaginó cómo sería su vida una vez que él regrese a la superficie. Hizo planes. "Darle todo el amor que nunca le he dado", dice ella. "Ayudarlo. Cuidarlo. Protegerlo".

Esta semana pasada, viviendo entre su carpa en el Campamento Esperanza y su balcón en Copiapó, Carolina contó los días hasta el regreso de su padre. El fin parecía cercano. Ella pensó en todos los pequeños milagros de los dos últimos meses, sobre esos hombres ya entrados en años que le demostraron lo que realmente significa ser un verdadero compañero de equipo. "Ellos son los mejores recuerdos que él tiene", dice ella. "Él me dijo que ellos eran muy importantes para él. Estos tipos lo ayudaron a ser el jugador de fútbol y el hombre que es ahora".

HERMANOS PARA SIEMPRE
Los hombres que han jugado en el Atacama han esperado en salas de hospital y frente a iglesias, han viajado para ver bodas y bautismos. Muchos de ellos son abuelos. Siempre han estado ahí el uno para el otro, y ahora, tres de ellos están parados sobre una mina colapsada, frente a un teléfono blanco. Lobos levantó el tubo, a tres cuartos de kilómetro bajo sus pies. Él esperaba la voz de su hija del otro lado.


"Tengo una sorpresa", dijo Carolina. "Saluden a los viejos mineros de Atacama".  Los viejos jugadores se amontonaron junto al teléfono. Todos empezaron a hablar. Franklin oyó voces de su pasado. No podia ver sus rostros pero sabía que estaban ahí. Mario! Diego! Ramón!

Trataron de hacer una conversación trivial, conversar sobre chicas que todos conocieran, bromeando con los carteles que decoran todo Chile con las fotos de los mineros. Todos se tomaron su turno para darles aliento, esperando transportarlos, aunque sea durante unos minutos, afuera de la mina. Pronto, su tiempo llegó a su fin. Las risas se detuvieron. La conversación se puso seria. En unos minutos, todos los viejos jugadores regresarían a sus autos y se alejarían en silencio, pensando en su hermano encerrado en ese pozo en la tierra. Pero en el teléfono, primero debían decir adiós.  "Volveré cuando hayas salido para tomarme una cerveza", dijo Climent.  "Adiós, amigo", dijo Olmos.

"Voy a quedarme aquí para siempre contigo", dijo Caneo. "Estamos todos aquí contigo, amigo".
Lobos comenzó a sollozar. Él tenía muchas cosas para decir. Podría haberles dicho cosas sobre sus hermosos recuerdos. Podría haberle comentado que los lazos que ellos formaron cuando todo parecía posible habían sobrevivido al paso del tiempo. Los atletas pueden crecer y envejecer alejado entre sí, pero nunca dejan de ser compañeros de equipo.
"Estoy llorando", dijo. "Nunca me esperaba que vinieran hasta aquí".

Wright Thompson. Espndeportes.com

viernes, 5 de noviembre de 2010

Una paliza y un trámite

Cuesta analizar un partido como el Perú 0 Polonia 3, con un sexteto peruano tan por debajo de su nivel, con tan escasas respuestas anímicas y técnicas frente a un juego previsible como el polaco, sustentado en la potencia y la envergadura. Polonia no es un equipo extraordinario (como sí lo son Japón y Brasil), pero su contundencia le bastó y sobró para despachar rápido a un equipo peruano que pagó caro jugar su peor encuentro en el Mundial.
Perú fue de menos a más, pero tantas fueron las diferencias en el primer set, que el resto del partido pareció un boxeador aturdido por un derechazo en el arranque de la pelea. Cuando comenzó la reacción ya se perdía por 6-0 el segundo set, y en el tercero, aunque se jugó mejor, la suerte estaba echada. Entre Perú y Polonia no hay tanta distancia como este 3-0, pero, al menos este martes, los reiterados errores de concepto y ejecución justifican la holgura del resultado.

Para evitar el alto bloqueo polaco, Perú intentó una variante, con resultados irregulares: el ataque por zaguero de la opuesta Patty Soto. Esto en parte porque el juego peruano carece de desahogo por las puntas, y tres jugadoras (Chihuán, Zamudio y la propia Soto), deben cargar con todo el peso de la ofensiva. El problema se agrava, pues, al tratarse de las dos centrales, la participación de Leyla y Julissa depende mucho de una buena recepción, y salvo por la líbero Vanessa Palacios, esta no ha funcionado regularmente. Insisto: Perú puede solucionar este problema. Para ello debe actualizar sus conceptos, dejar de recibir como hace 10 años, adelantar sus líneas y utilizar el boleo para cortar los saques flotantes, que siguen siendo mayoría en el vóley femenino.
La otra grave deficiencia conceptual de Perú está en el servicio. Varias jugadoras apenas lo usan para poner la pelota en juego, y no lo ven como lo que es hoy: el primer fundamento de ataque del vóley moderno. Este criterio errado facilita mucho las cosas al rival, y equipos como Polonia, que no destacan por su defensa de campo, te hacen pagar un saque regalado con un pelotazo.

En cuanto al Perú 3 – Costa Rica 1, como ocurre con los equipos caribeños, las ‘ticas’ tienen jugadoras espigadas y atléticas. También son aguerridas, pero, a diferencia de sus vecinos Cuba, Puerto Rico y República Dominicana, su estrella Willis (que anotó 24 puntos) carece de compañía. Aun con el bache del tercer set (que con el 34-32 a favor de Costa Rica empató la puntuación más alta en la historia de los mundiales femeninos), Perú cumplió con el trámite y consiguió el objetivo previsto: clasificar a la segunda ronda. Lo que venga ahora será más difícil, pero ya somos uno de los 16 mejores del mundo.

Raúl Tola. Diario El Comercio.

martes, 2 de noviembre de 2010

La marca de Viera

Alguna vez, de boca de un sabio callejero, escuche que profesión de entrenador era tan jodida como comer vidrio. Que los plazos para equivocarse eran demasiado cortos y que siempre, quien la realizaba, estaba más cerca de salir que de mantenerse en el puesto. Pero, guarda que hasta los ebrios no siempre dicen la verdad y, en el caso de Mario Viera, ha habido una clara excepción a la regla para la frase de mi pata “Terruco” (dícese de esos que andan “de bomba en bomba”).

Y es que el uruguayo, al margen de su inesperado cese como entrenador de la UCV el último domingo, ha dejado el cargo con una foja de servicios aprobatoria además de un logro que quedará marcado en la historia del balompié trujillano: ha sido el primer entrenador en clasificar a equipos locales a un torneo internacional. Y eso, en una ciudad tan futbolera como la nuestra, no es moco de pavo.

Por si fuera poco, ha marcado un récord difícil de quebrar en este deporte tan resultadista: es el extranjero que más partidos consecutivos ha tenido como DT de cualquier club nacional – 114 - tras permanecer casi tres temporadas al frente del plantel poeta y superar a su compatriota Roberto Scarone, quien dirigió 102 partidos en Universitario entre 1969 y 1972.

Y en ese proceso siempre ha ido en franco ascenso: en su primer año peleó la clasificación a un torneo internacional, el 2009 logró clasificar a la Copa Sudamericana y, esta temporada, deja a su cuadro con opciones de acceder a Copa Libertadores. Empero, los ciclos deben terminar y tras más de 28 meses y una relación con el plantel que se sentía gastada -Vallejo perdió 16 puntos en los últimos 6 partidos- Viera debió decir adiós. Lástima que no pudo culminar su período en diciembre próximo y por la puerta grande, como era su deseo.

Igual, el ex asistente de Gerardo Pelusso ha sentado las bases para que la entidad azul aspire a ser grande y, además, inscrito a Trujillo en los registros del balompié internacional a nivel de clubes. Suficiente para recordarlo siempre. Hasta la próxima.

Oswaldo Rivasplata. Diario El Satélite de Trujillo.

Lecciones aprendidas


Después del fácil debut en el Mundial contra Argelia, Perú tuvo dos enfrentamientos contra rivales de escuelas distintas, ambos de gran nivel, que permiten adelantar algunas conclusiones y comprender un par de cosas: cuál es su verdadero sitial en el contexto internacional y a qué aspira en esta competición.

1. Japón 3 – Perú 1
El sábado, Perú enfrentó al que debe ser uno de los equipos más asombrosos y divertidos del torneo, si no de la historia. Ver jugar a este Japón, que venía de levantar un partido increíble frente a Polonia luego de ir perdiendo 2 a 0, es asistir a una clínica de vóley, que incluye sensacionales innovaciones. El entrenador Masayoshi Manabe logra engranar una maquinaria que roza la perfección, con alternativas para casi cualquier dificultad que plantea el contrario, y cambios específicos para coyunturas difíciles del juego.

Destacan en esa estructura sus dos jugadoras más pequeñas: la armadora Yoshie Takeshita y la líbero Yuko Sano. Perú, en cambio, sorprende por su corta rotación. Apenas Angélica Aquino por Yulissa Zamudio al saque, y Carla Rueda por una irregular Karla Ortiz (casi un calco de Seúl 88, cuando Alejandra de la Guerra entraba al saque, y Cenaida Uribe y Natalia Málaga se alternaban en el ataque). ¿Tendrá algo que ver Man Boc Park, tan acostumbrado a los equipos cortos, con siete u ocho jugadoras aptas para entrar en la cancha? Preocupa también el cansancio del equipo al final de cada set. ¿Será por la dieta de huevo frito con arroz que tuvieron que comer estas deportistas de alta competición durante su estadía en Corea, por problemas de organización?
2. Serbia 3 – Perú 1
Como la mayoría de equipos de la Europa del Este, el representativo de Serbia es lento, previsible y recibe mal, pero compensa todo lo anterior con estatura y potencia. Desde un comienzo se pudo ver un partido muy distinto del que Perú jugó contra Japón. El servicio peruano consiguió hacer mucho daño a la defensa serbia, especialmente en el segundo set, que se ganó al añadir un excelente trabajo de bloqueo de Julissa Zamudio, Elena Keldibekova y Leyla Chihuán. Pero a partir del tercer set, encabezadas por la intimidante opuesta Jovana Brakocevic (1,96 metros), y con una suma de errores de Perú, en especial al momento de la recepción (que se podría corregir adelantando las líneas y priorizando el boleo antes que el antebrazo), Serbia impuso condiciones y se hizo del triunfo.
Ahora faltan Polonia y Costa Rica. Luego de un partido ganado y dos perdidos, Perú deja la impresión de un equipo que debió foguearse más en la preparación para alcanzar su óptimo rendimiento, pero al que le falta muy poco para ser, de veras, animador de este Mundial.

Raúl Tola. Diario El Comercio.