domingo, 30 de septiembre de 2012

En La Paz, con los mejores


Que en una selección nacional deben jugar los mejores del momento, me queda tan claro como que la televisión peruana está llena de basura. Y más, aún, cuando se 
trata de afrontar la clasificación a un mundial de fútbol. Sin embargo, bien puede saltarse la norma cuando haya situaciones muy especiales como, por ejemplo, jugar sobre los 3577 metros de altura, donde el oxígeno escasea e impide estar en igualdad de condiciones ante el equipo local como decía el gran Veco. En ese caso sí se podría reemplazar algunos jugadores normalmente titulares por otros del torneo doméstico que demuestren mayor adaptación a ese tipo de altitudes. Algunos. Aceptable.

Pero, de allí a dejar de lado a quienes actúan en el extranjero o llenar el once con elementos de clubes de ciudades de gran altura como deslizó o haría el DT Markarián para enfrentar a Bolivia resultaría muy arriesgado. Demasiado para un seleccionado que no cuenta amplia cantidad de equipistas de gran capacidad. ¿O alguien supone que sin Jefferson Farfán, Rodríguez, Guerrero, Cruzado y Zambrano no habrá desniveles por más que el ‘Mago’ realice trabajos casi de laboratorio en el Cusco?

Y para muestra, recordemos, Chile y Colombia jugaron con sus oncenas principales en La Paz y ganaron. Y no pretendo menospreciar a los Pando, Farfán (Rafael), Herrera, Quina, Chiroque y demás, pero no siento tengan todavía, en la mayoría de casos, el recorrido o experiencia internacional que un cotejo tan trascendental –donde de ninguna manera podemos perder- requiere. Nos jugamos la vida:no arriesguemos tanto. Hasta la próxima.

o.rivasplata@pucp.edu.pe

jueves, 13 de septiembre de 2012

Siete puntos de seis



El título de esta columna recoge la irónica opinión de Carlos Bernuy, periodista deportivo del diario Peru21. Y nada ha sido más adecuado para definir las necesidades de la selección ya que, en el término de la primera ronda de las Clasificatorias a Brasil 2014, los de Markarián necesitan tanto de los puntos como Alan de su dosis de litio, diría Bayly.  

Por tanto, ganarle a Venezuela, mañana, y Argentina, el martes 11, es la única forma, salvo que nos ceguemos con el ‘’matemáticamente se puede’’, de mantenernos con vida en un torneo que miramos desde el fondo de la tabla. Así, alcanzaríamos nueve unidades y hasta podríamos trepar al sexto puesto, hoy ocupado por Colombia.

Pero, ¿hay material para lograrlo? es la pregunta que flota en el ambiente pelotero como las ideas huecas en los pasillos del Congreso de la República o la sala de regidores de la Municipalidad Provincial de Trujillo. Sigo pensado que tenemos buenos futbolistas pero son pocos. Sin embargo, esta vez, y a diferencia de todo el proceso eliminatorio, Markarián sí podrá hacer uso de todos los convocados y no sólo me refiero a los mal llamados Cuatro Fantásticos (confío que Guerrero jugará) sino también a los recuperados Zambrano, Rodríguez, Guizasola y alguno más que por lesiones o suspensiones cada fecha complicaban las intenciones del ‘Mago’.

 ¿Y cómo enfrentarlos?, es otra consulta lógica. Entonces, insisto, como en la última Copa América: bien resguardados atrás, con laterales que prioricen la marca antes que la proyección, y, de medio campo hacia arriba, tirarles todas las armas ofensivas posibles. Pues hasta los venecos, recordemos, derrotaron al equipo de Messi, en Puerto La Cruz. Vale decir, se puede.

Hasta la próxima.

o.rivasplata@pucp.edu.pe

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El peso invisible




“Hay equipos que ganan por camiseta”, le escuché decir alguna vez a ‘El Veco’, aquel extraordinario comentarista uruguayo fallecido en febrero del 2010, y absoluto culpable de mis intenciones vanas en el periodismo deportivo. Al principio, siete años de edad a la sazón, presumía, entre ridículo y sorprendido, que algún extraño material textil debería influir en el rendimiento de tal club o que presentarse con una llamativa indumentaria le daría puntos de bonificación después del partido. 

Ya luego, más televisión y alguna lectura de por medio, entendí que se refería a un valor de tipo anímico, al abatimiento que el novel  rival podría sentir cuando enfrenta a un cuadro de trayectoria; esa presión que, además, baja desde las posiciones de miles de personas  gritándote en la tribuna y Jorge Valdano tambié definía como Miedo Escénico. El último jueves, hubo de eso. Y si el multitudinario Mannucci no perdió por un marcador de escándalo fue porque los atacantes del minoritario Universitario UPAO estuvieron más malos que Hitler o, lo reitero, la camiseta carlista pesó.

Más de doce ocasiones de gol tuvo el cuadro orreguino, tan nítidas como el juego pícaro y productivo del enganche Carlos Ruiz, de lejos el mejor jugador del encuentro. Y sólo anotó dos. Por el lado mannuccista,  en tanto, poco más de la mitad de oportunidades generó, pero, fueron suficientes para empatar un cotejo que sus hinchas veían con nervios y mucha indignación hasta los 88 minutos de la segunda parte.
“Si el fútbol fuera justo el ganador hubiera sido el equipo azul”, coincidía con Carlos ‘Pinocho’ Urrunaga, antes de salir del estadio Mansiche. Y mientras veía bajar las gradas al exjugador de Universitario de Deportes y la selección nacional, pensaba: “es que la camiseta pesa, profesor”.
Hasta la próxima.

o.rivasplata@pucp.edu.pe

sábado, 1 de septiembre de 2012

Por ellos, los niños, en su día



El pasado domingo, se celebró el Día del Niño. En Lima todos los menores de 12 años ingresaron gratuitamente a los parques públicos. Y hasta Nadine Heredia dio un discurso exigiendo mayores políticas de seguridad infantil desde el Congreso. En tanto, aquí, en la alguna vez llamada Capital de la Cultura, presumo que algo hicieron pero sí, en cambio, estoy convencido que mucho se podría lograr en favor de una masa cada vez más degradada. Porque cualquiera camina por la Hermelinda y se topa con peladitos cargando bultos, otros recolectando en la basura y hasta, si es sagaz,  notará al proxeneta transando el costo de tal fémina adolescente.  Luego, si se asoma por el relleno sanitario de El Milagro, verá a mocosos lidiando con los puercos o alguna pequeña sumergida en el estiércol buscando esa muñequita que sus ojos irritados pudieron distinguir.

O sino, más fácil, dándose una vuelta por la avenida España admirará, pero también sufrirá, con esos acróbatas y limpia lunas de todas las edades que se acercan a cada vehículo mientras los policías acechan para controlar las billeteras y no las carreteras.  Un retazo de los 140 mil niños que son explotados en La Libertad, según la Gerencia Regional de Trabajo. Terribles realidades que Educadores de la Calle u otros programas sociales no se bastan para cambiar.

¿Qué hacer por ellos no sólo en su día más importante?, es una pregunta lógica. Y, entonces, hace dos semanas leía una encuesta sobre personajes nacionales admirados por escolares. Y las respuestas las lideraban, con abismal ventaja, aquellos nuevos gestores de la identidad nacional que no portan pistolas o sables y sí zapatillas, guantes o chimpunes: los Guerreros, Maicelos, Malpartidas, Pizarros y demás. Pues, que duda cabe, es el deporte –asumido estratégicamente y no como medio sólo de diversión- el mejor canal de inserción que todo adolescente en riesgo pudiera tener. Una muestra: en Colombia – también vapuleada por la delincuencia y el narcotráfico-, se invierten millones de dólares en planes sociales deportivos cada año para recuperarlos.  Pensar que, en cambio, hay escenarios en Trujillo sin luz ni agua hace varios meses mientras las autoridades se la pasan franeleando a directores de medios de comunicación.
 Hasta la próxima.