martes, 18 de junio de 2013

CUESTION DE JERARQUIA


En deportes tan emotivos la pasión siempre, o casi siempre, supera a la razón.  Y, tan fácil como el sol se oculta cada tarde, se pasa de la alegría a la tristeza, del halago a la condena. Y un día eres el mejor y, tres después, el peor. Sino fijémonos en el seleccionado que perdió contra Colombia: cambió, de alabado hasta el cansancio, a ser un mamarracho inservible. Entonces, ante tal incongruencia, pregunto: ¿acaso perder contra Colombia – sétima en el mundo según ranking FIFA - no estaba dentro de lo lógico?

¿Acaso - y medular para entender la intermitencia del once inca-, tenemos al menos seis elementos con jerarquía internacional para pelear de igual a igual? La respuesta es obvia y las evidencias sobran: los que destacan en ligas ‘top’ son Pizarro, Guerrero, Zambrano, Farfán, Cruzado y quizá Ramírez, en tanto los Vargas (es lamentable su bajón), Herrera, Advíncula, Ballón, Retamoso, Carrillo, Fernández, Rodríguez, Yotún, Mariño, Lobatón, Hurtado, Penny, Ramos y demás, al margen de los sub 20, sólo son buenos jugadores pero hasta allí nomás, y les cuesta mantener un nivel alto en torneos de  máximo rigor  técnico, táctico, físico y psicológico caso las Clasificatorias. Es similar a comparar las capacidades de motores con diferente cilindraje: ambos cumplen bien su función pero, en presiones extremas, uno terminará fundiéndose y el otro pasará la prueba.

En ese contexto, Colombia, Argentina, Chile, Ecuador y Uruguay tienen decenas de futbolistas triunfando en las mejores competencias europeas y eso les permite hacer cambios o replantear sin tantos riesgos lo cual no sucede con Perú que sin Farfán, Pizarro o Guerrero se afecta considerablemente. Eso no significa que nuestras posibilidades sean nulas y debamos rendirnos. Sin embargo sí debería ayudarnos a comprender porque estamos en el sétimo lugar y las pocas victorias logradas han sido tan sufridas mientras de visitantes sólo hemos obtenido un punto de 18.
Conclusión: Debemos ser mesurados en las victorias y en las derrotas pues tenemos un equipo con limitaciones. Queda trabajar con precisión casi científica e intentar vencer a Uruguay  y después a Venezuela que, sobre el papel, nos superan pero no son invencibles.
Hasta la próxima.


o.rivasplata@pucp.edu.pe

Vespertino Satélite de Trujillo -Perú

miércoles, 12 de junio de 2013

SUMA CAUTELA


Era junio del 2000 cuando una chiquilla de 21 que me tenía más templado que cuerda de guitarra me dio el sí. Chape incluido, claro está. Y salones cerrados en la universidad, también. Y me puse más contento que perro con su hueso pero, lejos de ser prudente – craso error-, lo grite a los cuatro vientos. Obvio.
Sin embargo, tres días después, la cachetona se puso sabrosa y, sin anestesia, me shoteó peor que las patadas de Cuto Guadalupe gritando ¡salimoooos! en la defensa del Garcilaso. Y de la alegría pase a la desazón, rapidito nomás. Y me encerré una semana en el cuarto a pan y agua.

El pasaje aquel me viene al recuerdo a propósito de nuestra selección de fútbol tras derrotar a Ecuador en las Clasificatorias al Mundial 2014. Y es que, en estas horas de jolgorio extremo, bien vale, como ese pisco que te sosega cuando hay frio o los consejos que no oí luego de los besos con aquella moza, ser cautos. Entender que si bien hemos superado un gran escollo, aún queda mucho camino hacia el objetivo principal: alcanzar el quinto puesto (sigo pensado que Argentina, Colombia, Ecuador y Chile están fijos).

 En ese contexto las palabras del DT Markarián y algunos como Guerrero y Pizarro son atinadísimas: no hemos ganado nada, hoy estamos eliminados y restan partidos muy difíciles. Así que serenos morenos y sigamos haciendo fuerza por sumar aunque sea un punto esta tarde: 3.30 p.m. en el duro calor barranquillero – contra un rival que es favorito- y quedar afinaditos para jugarnos la vida ante Uruguay y Venezuela, en la siguiente fecha doble, de setiembre. Y saludos a la cachetona.
Hasta la próxima.


o.rivasplata@pucp.edu.pe

jueves, 6 de junio de 2013

EL BOMBARDERO CHINCHANO


Si en el fútbol es Lolo, en el vóley Lucha Fuentes y en el tiro Edwin Vásquez, nadie, en su sano juicio, puede dudar que el máximo ídolo del box peruano es Mauro Mina, el Bombardero de Chincha. Y de él me toca escribir porque se cumplieron 20 años de su muerte, el 1 de junio de 1993.

No lo vi pelear más allá de algún video que encontré con mucho esfuerzo. Pero sí escuché muchas historias en torno a su imponente figura y durísimo golpe de derecha. Algunas de esas me las contó mi padre con exageración incluida. Que era valiente como súperman, que tomaba un vaso de sangre de toro antes de cada pelea para motivarse, que empezó en la categoría liviano y terminó semipesado, que fue campeón sudamericano a los 18 años, que le sacó la madre al gringo Eddie Cotton en el estadio Nacional ante 50 mil espectadores, que de un combazo te jalaba la quijada hasta el omóplato y viceversa.

Lamentablemente, cuando todo el país se preparaba para tener su primer monarca del mundo de boxeo – luego obtenido por Alberto Rosell en la rama masculina- una severa lesión a la retina le privó de enfrentar al norteamericano Allen Thomas, en noviembre de 1963. Mina era favorito en ese combate y, de ganarlo, quedaría listo para retar a Willie Pastrano, el campeón vigente en aquel entonces. Se retiró del profesionalismo con 53 victorias, 3 empates y sólo tres derrotas.

Tras él aparecieron algunos de mucha casta también pero que tampoco pudieron alcanzar la gloria de un título mundial. Uno fue Romerito, el trujillano, quien estuvo cerquísima, aquel 15 de setiembre de 1983 en el Madison Square Garden de New York, frente al italiano, Ray Mancini. Pero esa es otra historia.
Hasta la próxima.

o.rivasplata@pucp.edu.pe