lunes, 30 de septiembre de 2013

BOLIVARIANOS: SALIDAS INMEDIATAS


Tan igual como la fruta se malogra a la intemperie, las medias verdades en cuanto a los Juegos Bolivarianos 2013 van cediendo al contar de los días. Y hemos pasado, de sentir un sudor helado como refería un editorial del diario La Industria, a tiritar peor que pollo mojado ante tanta improvisación y la evidente posibilidad de que el certamen más importante que Trujillo haya asumido  fracase.

Pruebas al canto, en la reciente visita de inspección que las autoridades del Comité Olímpico Peruano, Comité Organizador Local y el IPD Nacional cumplieron, ninguna garantizó que los nuevos escenarios estén listos al cien por ciento para el comienzo de la competición (16 noviembre) y se limitaron a responder que   las  constructoras se han comprometido a terminarlas lo antes posible. Incluso, admitieron que las obras  no serán probadas pues no habrá tiempo. En cuanto a la Villa Bolivariana anunciaron que sólo estarán listos 400 departamentos para el 10 de noviembre de los casi 900 que incluye el proyecto habitacional. Luego, Francisco Boza, titular del IPD, confesó que no existe un plan alternativo que permita remediar situaciones de grave retraso.
Por si fuera poco, la congresista Leyla Chihuan estuvo en nuestra ciudad verificando el avance de la organización y su decepción, hecha pública en diversas entrevistas, fue total.

Ante tal despelote, cabe, evidentemente, buscar soluciones. Y la más factible sería copiar lo que hizo Sucre, última realizadora de los Bolivarianos, cuando reconoció que no tendría capacidades completas para adoptar el certamen: descongestionar la sede central. Vale decir, ampliar el número de sedes y reducir la cantidad de deportes que Trujillo acogería, amen que locaciones como el colegio San José Obrero y club el Golf sí están en buenas condiciones. Aquel 2009 tanto Salinas y Cuenca, en Ecuador, además de Lima, apoyaron a la provincia boliviana y se hicieron cargo de algunas competencias. ¿Por qué no hacer lo propio o algo similar?
Hasta la próxima.

Oswaldo Rivasplata G.

Publicado en el vespertino Satélite el 18 de setiembre del 2013



viernes, 20 de septiembre de 2013

NO ES CULPA DE LOSTAU


“ ¿Por qué cada vez que el Perú pierde le echan la culpa a los árbitros?”, me preguntaba mi sobrino hace dos noches.  Con 11 años de edad sus tendencias al prejuicio son, lógicamente, menores y dice lo que siente sin menos recelo. Con los adultos no pasa tanto y con mayor razón si está de por medio el herido orgullo patriotero de ver una selección que pierde porque, sencillamente, no supo aprovechar las oportunidades que tuvo ante el rival matrero y un juez  mediocre que se equivocó para ambos bandos. Pues, Lostau, así como dejo pegar con alevosía a los charrúas y debió expulsar al menos uno, también se comió un penal claro contra Cavani. Incluso, pregunto: ¿qué diríamos ahora si Muslera no atajaba el primer disparo al arco de Pizarro en clara posición adelantada y metíamos el primer gol?  
En esa línea las palabras del propio Pizarro resultaron adecuadísimas, tras el partido: “No hay árbitro que influya si hacemos las cosas bien, si no nos dejamos llevar por las provocaciones y estamos concentrados pero, lamentablemente, todo el tiempo hacemos lo mismo” en clara alusión a los errores infantiles que, caso Yotún, se cometieron.

Adicionalmente, y dejando al juez de lado, hay un tema de fondo que sirve para entender mejor otra nueva decepción: falta de jugadores de jerarquía. Con dos, tres o cuatro futbolistas de categoría internacional no basta cuando nuestros rivales suman decenas con nivel A1 triunfando en Europa y cuajados para competencias de extrema presión.  Anta tal realidad quedamos supeditados a triunfar eventualmente y terminar rogando con calculadora en mano. Sino que lo digan Maturana, Uribe, Ternero, Autuori, Chemo y otros más que con muchos de los que tiene  ahora Markarián fracasaron.  

Y si Cristhian Ramos comete errores es porque es parte de la peor defensa del mediocre campeonato descentralizado (la del Aurich), si Advíncula, que parece sólo le interesa correr y correr como desbandado,  alterna en el Ponte Preta es porque de Europa lo devolvieron dos veces (y ni Revoredo, Guisazola, Carmona y cien más rindieron como se requería en ese puesto) , si el desconocido Vargas juega 45 minutos es pues, lamentablemente, no hay más para esa posición (¿o Ampuero, Vílchez y tienen la calidad requerida?), si Ballón volvió a San Martín es porque en River Plate decepcionó, si el mismo Guerrero que pierde la paciencia con tanta facilidad, si Ramírez, si Hurtado, si Carrillo, si Lobatón, si Manco, si Chiroque…

Hasta la próxima.

Oswaldo Rivasplata

martes, 17 de septiembre de 2013

LA MAS JUSTA DE LAS BATALLAS


Shakira canta, en su famoso Waka waka, que el balompié es la más legal de las batallas y otro, parafraseando a Marx,  decía que era el nuevo opio de los pueblos. Pues es capaz de fundir naciones enteras en interminables abrazos de honesta felicidad o incluso desatar conflictos muy crueles caso la guerra entre Salvador y Honduras en 1970.

Aquí no estamos ajenos. Y cada vez que la selección tiene un partido tan importante como el de esta noche todos nos da por contraer ese virus que nos arrastra, sin resistencia, a verlo todo muy espectacular y esférico. Desde el poto de la huesuda Chimoltrufia en las series del Chavo hasta las estiradas inconclusas del ‘Cejas’, el presunto arquero de mi equipo los días martes en Los Cedros, pasando por el lenguaje económico del Puma Carranza en un canal deportivo de cable.

Y  comemos, bebemos, opinamos, dormimos, reímos, lloramos y vivimos fútbol igual que las propagandas de Coca Cola y los relatos de Fulgencio Arguelles (Cuentos futboleros, Alfaguara, 1998). Lo malo es que en un país de pocas alegrías y medios de comunicación muy oficialistas o mentirosos, esas expectativas desmesuradas  luego, chocan muy duro con la dura realidad de las derrotas o resultados inconvenientes. Varias veces nos ocurre ya desde el mundial de España 82 sin que se aprenda de la lección. Ojalá esta vez no se repita y ante los charrúas – con arbitraje del argentino Patricio Lostau – el cuadro nacional dispute su mejor encuentro de la era Markarián, gane y siga pujando por una posibilidad de ir al repechaje que no admite, en esta última etapa de las Clasificatorias, pestañeos.

Sino, rabiosos y como Borges, quien odiaba el balompié,  diremos que es un deporte de bestias.
Hasta la próxima.


o.rivasplata@pucp.edu.pe

lunes, 2 de septiembre de 2013

¡TENGO DE OCCIDENTE, CAUSITA!



Nunca me gustó ni me gustará hacer cola. Lo asumí cuando, siendo niño en el primer gobierno de Alan García, la gente sufría para adquirir los productos de primera necesidad  y paliar una escasez lacerante.

Es más, odiar las colas es una idea común a todos. Y no hay quien disfrute, al menos que te toque una chica muy guapa al lado u otro parecido a Cristhian Meier en el caso de las mujeres, zamparse cien minutos esperando que le atiendan en el dichoso cajero de banco, supermercado, grifo, tienda o boletería. Pero, en un estado donde la ineficiencia es parte del día a día y la burocracia cunde, no sorprende encontrar las dichosas serpentinas humanas cada tanto.  

Peor todavía si se trata de espectáculos deportivos que organiza  la Federación Peruana de Fútbol.  Esta no aprende de los errores y, en una época donde existen medios tan eficaces como la venta por internet, los abonos anticipados, vía telefónica o delivery, continúa utilizando formas de distribución abusivas y arcaicas que obligan a los hinchas a pasar días y noches en condiciones indignas, castigarse con el hambre, el clima y la ansiedad o zurrarse 20 horas para adquirir una bendita entrada sin que nadie – ni Indecopi, Defensoría del Pueblo, el Congreso o cualquier entidad adormecida- los defienda.

Así, lógicamente quienes más ganan son los pendejeretes que siempre aparecen para esos momentos: los revendedores.  Esos sí que la hacen linda hasta vendiéndote un sitio de la fila. Como ahora, cuando quedan pocos días para el Perú – Uruguay y los boletos ya están agotados y hay que pagar tres, cuatro y hasta diez veces su precio a esos que te pasan la voz con sigilo en las afuera del estadio Nacional y te dicen “causita, tengo para Occidente alta y baja”.Ya pues Burguita, hazte una. Y que gane el Perú.Hasta la próxima.






domingo, 1 de septiembre de 2013

EL GRAN TORBELLINO


Contaba mi padre, sobre todo cuando andaba medio  ‘roneado’, que en su entrañable Pacasmayo habitó un futbolista con capacidades tan extraordinarias que el mismo Lolo envidiaría. Zigzagueante como una liebre, veloz como un tigre y devastador como un huracán. Gerardo Bazalar se llamaba. Y le decían Torbellino. Tan rápido era que, según las historias del ‘vagopoeta’ Víctor Gómez en su cuadernillo de estampas pacasmayinas,  y esto no es broma, el tipo efectuaba los tiros de esquina de forma bombeada y corría hacia el área para cabecear el mismo balón.

Al crack del Espartanos varios clubes limeños se lo quisieron llevar pero don Gerardo continuamente rechazaba ofertas hasta que una vez decidió probar suerte. Sin embargo, al poco tiempo la nostalgia de su puerto querido le ganó y se regresó de la capital caminando.  Así de singular era aquel personaje, papá, además, de quien fuera efectivo delantero mannuccista en los ochentas, Enrique Bazalar.

Falleció en 1977 y los moradores del barrio Barranco en su homenaje fundaron, dos años después, el CDC Torbellino. El mismo que hace tres días hizo todo lo que pudo en su difícil partido contra el  Mannucci por la fase departamental de Copa Perú. Aunque, la suerte, esta vez, le fue demasiado esquiva.

Quizá, aquel domingo, el ídolo pacasmayino habrá estado removiéndose en su lecho celestial mientras veía sufrir a esos hinchas porteños que con tanto cariño lo recuerdan y, resignado, habrá dicho: así es el fútbol, pues. 

Oswaldo Rivasplata G.