jueves, 27 de marzo de 2014

DE INGA Y MANDINGA

Desde futbolistas locales e internacionales, autoridades políticas de altísimo rango – como los
presidentes de Perú y Brasil-, periodistas, entrenadores y hasta la propia FIFA se han pronunciado 
en las últimas horas sobre una problemática muy lamentable y que no merece la más mínima 
concesión: el racismo. Y todo tras las penosas actitudes de aficionados que asistieron al estadio 
Huancayo hace dos noches y se burlaron del moreno jugador del Cruzeiro brasilero, Tinga. 

Incluso, se habla de sanciones muy duras para el club Real Garcilaso, caso separarlo de la Copa 
Libertadores. Decisión que sería muy exagerada teniendo en cuenta que el cuadro celeste (u otro) 
no puede evitar despropósitos verbales que cualquier desadaptado realizaría.

Lo que aquí cabe dentro de lo más importante, y teniendo en cuenta que en Perú no es nada 
nuevo insultar a los rivales con gestos alusivos a su color de piel, generar un precedente. Un punto 
de quiebre para empezar a tomar medidas concretas e ir controlando una práctica cavernaria en 
un país, vaya ironía, multirracial y donde, citando a Ricardo Palma, quien no tiene de inga tiene de 
mandinga. Firmar un compromiso de acatamiento irrestricto a la no discriminación por parte de 
los equipos amateurs y profesionales que participan en los torneos oficiales sería, por ejemplo, un 
buen comienzo. Y sancionar sin grandezas a Garcilaso también, aunque incomode.

Hasta la próxima.

o.rivasplata@pucp.edu.pe
Vespertino Satélite

martes, 4 de marzo de 2014

VOX DEI

La voz del pueblo no siempre es la voz de Dios me dijo, por novedad, un gerente general años atrás a propósito de conflictos sociales. Roma locuta causa finita, pensé.
Antier, esa frase me volvió como una oleada espesa mientras veía el partido entre la Universidad César Vallejo y la San Martín en una pantalla de 41 pulgadas. Igual a los nervios que me genera Cuto Guadalupe cuando quiere salir desde el fondo con cabeza levantada.

El cuadro local perdía sin atenuantes en la segunda parte. Entregado sí. Sin rebeldía también. Con el coraje extraviado, quizás. Pero nada para justificar los oles en las tribunas a favor del rival y venidos de quienes, se supone, son tus aliados. Enérgicos, humillantes. Esos que se arrastran desde las gradas cual serpientes venenosas, alcanzan la cancha, te trepan y pican tu corazón como una daga hasta hacerte llorar por dentro. Traidores. Incluso, los comentaristas televisivos se sorprendían y confundían más de lo acostumbrado.

Y me preguntaba, por tanto, ¿qué debe pasar para que el equipo que nos representa en el fútbol profesional y le ha dado a Trujillo tres clasificaciones a torneos internacionales genere tales antipatías aún?, ¿por qué ese rechazo tan enfático en una ciudad tan futbolera?, ¿acaso, paga los errores políticos de su famoso fundador y los serviles que lo rodean?, ¿sus potenciales simpatizantes son, todavía, infantes?, ¿el factor Mannucci?

Pésima estrategia de marketing, diría yo. O inexistente. Mucha plata pero no buenas ideas más allá de tibios 2 x1 en tribuna popular y regalitos como campañas electorales. Y los jugadores, claro está, no tienen la culpa. Ni los malos hinchas que pudiera o no pudiera tener.
Hasta la próxima.

o.rivasplata@pucp.edu.pe