miércoles, 28 de mayo de 2014
50 AÑOS DE UNA "BOMBA"
Fue el suceso asociado al deporte más doloroso ocurrido en nuestro país. En el Nacional jugaban Perú y Argentina por un cupo a las olimpiadas de Tokio 1964. Al local le convenía el empate y lo lograba tras gol de Víctor “Kilo”Lobatón a los 35’ de la segunda etapa. El árbitro uruguayo, Angel Pazos, sin embargo, decidió invalidarlo por considerar previa jugada peligrosa contra el zaguero argentino Morales, lo que provocó la iracunda reacción de Víctor Vásquez Campos - 31 años-, convertido, a partir de ese momento, en el guardián de prostíbulo más infausto que la historia conozca.
El “Bomba” superó las barreras de seguridad y atacó al juez principal mientras cuarentaicinco mil aficionados enardecían a medida que aquel era duramente reducido por los policías junto a otro desadaptado, Edilberto Cuenca. Cuando la revuelta, en el errado pensamiento del jefe de seguridad, Jorge de Azambuja, se tornaba incontrolable, ordenó arrojar bombas lacrimógenas a las graderías para repeler a los hinchas que amenazaban con invadir al terreno de juego. Algunos de los portones de salida estaban cerrados y decenas de personas que corrieron despavoridas murieron aplastadas o asfixiadas por la turbulencia humana.
El gobierno de ese entonces incluso, preso del miedo, urdió vergonzosas coartadas como acusar a agitadores comunistas de maquinar la tragedia y hasta acalló las versiones de tribunales a cargo.
Se habló, oficialmente, de 284 muertos. Otras cifras extraoficiales – leer La Opera de los Fantasmas, del fallecido Jorge Salazar- superan los 350, incluidos efectivos policiales que fueron masacrados por la turba dentro y fuera del escenario. Cincuenta años, ya. Y una necesaria reflexión respecto de los altos niveles de violencia que en torno al fútbol se mantienen.
Hasta la próxima.
Oswaldo Rivasplata
Diario La Industria
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