sábado, 31 de diciembre de 2011

Aprender de los errores



Entre muchas, hubo una reflexión mayor que debemos sacar los trujillanos del título que logró el Juan Aurich: ya es hora que nos toque ser campeones nacionales o jugar Copa Libertadores. Que en su momento Puno, Huánuco, Huaral, Cajamarca, Arequipa, Cusco, Callao y ahora Chiclayo lo disfrutaron y, sin embargo, a la cuarta ciudad más importante del país se le posterga cada vez.  Además, la consagración chiclayana confirma que las diferencias entre clubes se ha hecho muy corta de la mano del poder económico que ahora muchos cuadros provincianos – caso la UCV- ostentan.
Pero nada se conseguirá si es que la directiva vallejiana evita un necesario golpe de timón y no adopta una postura menos bullanguera y más humilde, firme pero con perfil bajo. Y si no desean recordar como empezaron la pretemporada este año – anunciando grandes refuerzos y conseguir el campeonato- , miren lo que le pasó recientemente a Alianza Lima, que celebraba luego de ganar el primer partido de los play off ante los norteños y al final lloró. O a Universitario y Cristal, que prometieron ser campeones y al final ni pudieron superar el décimo puesto. Vale decir, aprender de los errores.
Por lo pronto, la lista de refuerzos que el representativo local hasta ahora contrata resulta aceptable y se espera que Víctor Rivera por fin confirme lo que hace algunos años proyectaba como DT; empero, y tan clarito como un consejo en la voz de mi padre, ahora en el cielo: nadie ha ganado un partido antes de haberlo jugado. Mucho menos si anuncian contrataciones que luego son desmentidas por  el propio jugador presuntamente contratado, caso el venezolano Juan Manuel Rey. Hasta la próxima y feliz 2012 para todos.   
Oswaldo Rivasplata. Diario La Industria de Trujillo.
o.rivasplata@pucp.edu.pe

domingo, 4 de diciembre de 2011

Ironías de última fecha


Hace tres temporadas, dos clubes del fútbol profesional peruano se enfrentaban en un partido crucial, de vivir o morir. Era la última fecha del torneo Descentralizado y, en el estadio Mansiche, rojos y azules se medían en búsqueda de objetivos totalmente opuestos. Uno, quería mantenerse en la categoría, el otro, clasificarse a un torneo internacional.
Ironías del deporte más popular, esta tarde, en el mismo escenario  y  en  la fecha final de  la  competencia, las circunstancias los enfrenta nuevamente  pero con las metas cambiadas entre sí: ahora es Aurich quien apunta a la consagración y Universidad Vallejo el que se juega la permanencia.  Los chiclayanos necesitan ganar para acrecentar sus posibilidades de campeonar – de acabar primeros  podrán decidir donde se juega el primer partido de los dos definitorios ante Alianza Lima- y los locales también para  quedarse un año más en la máxima división .  Incluso, el conjunto aurichista, y contra lo que muchos suponían, ha asumido con absoluta responsabilidad el choque y concentra en Trujillo desde hace cuatro días. 
¿Qué le sugeriría al DT poeta?, confiar en los jugadores de mayor identidad con el cuadro local, esos que siempre se entregan un poco más pues tienen mayores afectos hacia un equipo o ciudad que los cobija por buen tiempo, caso Andonaire, Ugaz, López,  Demus y Recalde por citar algunos.


Aquella oportunidad la contienda terminó empatada y sólo los chiclayanos celebraron.  Que, esta vez, no se repita. Hasta la próxima.


(Mi papá no hubiera querido que un resbalón que adelantó su ingreso al cielo me impidiera terminar este artículo.  Más aún si ahora ya reposa junto a mi querida madre. ¡Y no te digo un adiós, mi “Chulaco” de toda la vida!)
o.rivasplata@pucp.edu.pe