“Hay equipos que ganan por camiseta”,
le escuché decir alguna vez a ‘El Veco’, aquel extraordinario comentarista
uruguayo fallecido en febrero del 2010, y absoluto culpable de mis intenciones
vanas en el periodismo deportivo. Al principio, siete años de edad a la sazón,
presumía, entre ridículo y sorprendido, que algún extraño material textil debería
influir en el rendimiento de tal club o que presentarse con una llamativa indumentaria
le daría puntos de bonificación después del partido.
Ya luego, más televisión y
alguna lectura de por medio, entendí que se refería a un valor de tipo anímico,
al abatimiento que el novel rival podría
sentir cuando enfrenta a un cuadro de trayectoria; esa presión que, además, baja
desde las posiciones de miles de personas gritándote en la tribuna y Jorge Valdano tambié
definía como Miedo Escénico. El último jueves, hubo de eso. Y si el
multitudinario Mannucci no perdió por un marcador de escándalo fue porque los
atacantes del minoritario Universitario UPAO estuvieron más malos que Hitler o,
lo reitero, la camiseta carlista pesó.
Más de doce ocasiones de gol tuvo el
cuadro orreguino, tan nítidas como el juego pícaro y productivo del enganche
Carlos Ruiz, de lejos el mejor jugador del encuentro. Y sólo anotó dos. Por el
lado mannuccista, en tanto, poco más de
la mitad de oportunidades generó, pero, fueron suficientes para empatar un
cotejo que sus hinchas veían con nervios y mucha indignación hasta los 88
minutos de la segunda parte.
“Si el fútbol fuera justo el ganador
hubiera sido el equipo azul”, coincidía con Carlos ‘Pinocho’ Urrunaga, antes de
salir del estadio Mansiche. Y mientras veía bajar las gradas al exjugador de
Universitario de Deportes y la selección nacional, pensaba: “es que la camiseta
pesa, profesor”.
Hasta la próxima.
o.rivasplata@pucp.edu.pe
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