No pocos comentan, en bares, estadios, pichangas o cualquier
lugar o contexto donde el fútbol tenga espacio, sobre la notable campaña que
cumple en Copa Libertadores el conjunto de Real Garcilaso, ubicado, contra todo
pronóstico, entre los ochos mejores del torneo de clubes más importante de
nuestro continente. Superlativa porque se trata de un cuadro tan reciente como
humilde. Que hace cuatro años jugaba los cuartos de final de la Copa Perú y a
la temporada siguiente disputaba el título con Deportivo Pacífico. Que no
invirtió la mitad de lo que otros si presupuestaron para el 2013 y hasta perdió
a muchos de sus principales jugadores caso Alloco, Ciucci, Uribe y Pando.
Sin embargo, cualquier obstáculo, y por más grande que sea,
supondrá menores consecuencias si al mando tienes un líder adecuado. Y el
tacneño Fredy García – al margen de la acertada labor dirigencial - ha
demostrado serlo con sobradas razones. Su influencia se ha sentido desde que ha
sabido conformar oncenas efectivas con elementos de trayectoria sólo regular –
Carranza, Camarino, Vildoso, Salazar y el mismo Guadalupe, fueron dados de baja
en varios clubes - elegido refuerzos extranjeros con exactitud casi quirúrgica
– él mismo viajó a Paraguay y trajo a Bogado, Gamarra y Ferreyra para instalar
el coraje como mayor valor de su plantel - y ser fiel, hasta la devoción, a una
clara intención de juego según la sede: ofensivo en el Cusco y agazapado de
visita. Así, siendo práctico y consecuente
de sus limitaciones, buscó la vía de los penales ante el Nacional uruguayo y
concretó su victoria más celebrada. Y sacó ‘Petróleo’.
Hasta la próxima.
o.rivasplata@pucp.edu.pe
Publicado en el Vespertino Satélite de Trujillo
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