¿Quién es el culpable? se leía en el titular de un análisis sobre el penoso trayecto llevado por Reimond Manco, el futbolista más promisorio que dio el Perú en los últimos 10 años. Y para comprender su dura realidad, el cronista sustentaba varias razones entre dirigenciales, familiares, amicales y, por supuesto, la de una prensa que prioriza las ventas por encima del equilibrio para un jugador que nunca mereció ser tratado como el nuevo Maradona y vive tan veloz y cambiante como lo fueron sus gambetas en el campo hace unos años. Pues al nacido en Lurín siempre le cuesta mantenerse calmo y responsable por un corto tiempo. Y rápido lo sacaron de Alianza Lima y la selección de mayores (caso Veneto, en Panamá), como duró muy poco en Holanda – PSV Eindhoven- y también en México – Atlante- y ahora, lo mismo, en Juan Aurich, sin contar que se casó y se divorció en menos de un año.
Obviamente, nunca estuvo preparado para pasar, de ser un humilde chico que se trasladaba en combi para asistir a las prácticas de la selección sub 17, a ganar cientos de miles de dólares y soportar una fama que resultó muy exagerada hasta ser nombrado ‘Rei’ del balompié peruano. El muchacho se nubló, se imaginó omnipotente y, sin un entorno cercano sólido, se viene perdiendo entre indisciplina, tragos y mala noche. Ahora lo tendrá el sabio ‘Maño’ Ruiz, en León de Huánuco.
Ojalá y, de una vez por todas, aprenda. Y también nosotros, comunicadores. De lo contrario, ‘Kukín’, Broncano y ‘Machito’ habrán encontrado un digno sucesor.
Hasta la próxima.
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