Como las imágenes de la pobreza, que renuevan su crudeza y laceran el alma tan fácil como cualquier político miente, el fútbol peruano presenta nuevas crisis. Cuando parece que más ya no puede caer la realidad sigue golpeando a un deporte muy influyente en la sociedad nacional. Y es que si no hay pelota oficial cada domingo, la gente se resiente un poco. Y miles pierden su sustento económico. Y, hasta quien escribe, la posibilidad de gritar un gol y abrazarme imaginariamente, desde Tumbes a Tacna, con millones de hinchas vestidos de rojo y blanco.
Entonces, ¿qué hacer para salvarlo? Botar a Burga, diría la mayoría. Una salida inútil si mantenemos un sector dirigencial corrupto. Que pierdan la categoría todos los equipos con deudas, dirían otros, sin analizar que nos quedaríamos con tres o cuatro clubes nomás y habría reacciones populares muy intensas, los estadios quedarían vacios y se ahondaría el conflicto. Sociedades anónimas, clamarían varios y darían como ejemplos a Cristal, San Martín, Vallejo o Aurich, sin tener en cuenta que todas esas entidades terminan en déficit cada año y se salvan a través de sus empresas matrices, sean universidades, cerveceras o grupos azucareros. Todas, alternativas muy facilistas y que evitan una medida medular e iniciadora del orden: sinceramiento económico. Eso implica tres puntos fundamentales:
1. Suspender los sueldos exagerados en un torneo profesional pobrísimo y de empleados que merecen cobrar sin retraso. Eso evitaría que los clubes sigan endeudándose por los altos salarios y los jugadores hagan más huelgas, además que permitiría una competencia menos desigual por contrataciones y, por ende, mejora del nivel competitivo.
2. Facilitar el acceso de los hinchas a los estadios. Sea con variados mecanismos de convocatoria (dos por uno, abonos, precios más bajos, etc ) que permita el aumento de ingresos por taquilla.
3. Mantener los montos por contratos de transmisión televisiva , sponsoría y publicidad pues el consumo de medios no se vería afectado.
Desde ese comienzo, se podrían incorporar conceptos de tipo estructural caso renovación dirigencial, planificación en menores, voluntad política, seguridad y otros que impulsen un cambio sustancial en la disciplina más popular de nuestro país. Hasta la próxima.
o.rivasplata@pucp.edu.pe
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