domingo, 13 de enero de 2013

EL CASO ANDONAYRE



Desleal, corrompido y, denigrante montaje en las redes sociales incluido, hasta “vende patria”. Todo tipo de ofensas le han caído a Lee Andonayre los últimos días. La mayoría venidos de hinchas del Carlos Mannucci, cegados por esa fiebre pasional de la llamada religión sin ateos. Y quizá ninguno sin abordar el error que en esencia ha cometido el chocopano: no ser reservado y claro para asumir compromisos y sí, lamentablemente, mediático, de fotos, videos y promesas con camiseta en mano ante miles de fanáticos que lo vieron o leyeron. Allí, y nada más, la fregó.

Pues si bien deshonrar su propia palabra es condenable, también era evidente el riesgo que corría de quedarse en la mera calle si finalmente el elenco carlista no logra ser aceptado en la segunda profesional (condición legal para que, y lo mismo pasa con el volante Tenchy Ugaz, pudiera jugar pues en Copa Perú no es posible). ¿O, entonces, debía creerle a Salaverry, tan cuestionado como su homólogo de enfrente, e imaginarse gritando goles tricolores todo el 2013?

Ya luego, para encender más sus ansias, aparecieron los poetas con billetera gruesa y un contrato que probablemente nunca le hubieran propuesto si no aparecía antes Mannucci, pero que, indudablemente, resultaba más ventajoso y seguro para el cumplidor zaguero de 32 años antes que seguir en la incertidumbre de conseguir trabajo o no.

“A cocachos aprendí” me recitaba mi tía Lolita los versos de Nicomedes Santa Cruz. Ojalá también haya aprendido quien tiene nombre de karateca.
Hasta la próxima.

Oswaldo Rivasplata Publicado en el vespertino Satélite de Trujillo

No hay comentarios:

Publicar un comentario