En deportes tan emotivos la pasión
siempre, o casi siempre, supera a la razón.
Y, tan fácil como el sol se oculta cada tarde, se pasa de la alegría a
la tristeza, del halago a la condena. Y un día eres el mejor y, tres después,
el peor. Sino fijémonos en el seleccionado que perdió contra Colombia: cambió, de
alabado hasta el cansancio, a ser un mamarracho inservible. Entonces, ante tal
incongruencia, pregunto: ¿acaso perder contra Colombia – sétima en el mundo
según ranking FIFA - no estaba dentro de lo lógico?
¿Acaso - y medular para entender la
intermitencia del once inca-, tenemos al menos seis elementos con jerarquía
internacional para pelear de igual a igual? La respuesta es obvia y las
evidencias sobran: los que destacan en ligas ‘top’ son Pizarro, Guerrero,
Zambrano, Farfán, Cruzado y quizá Ramírez, en tanto los Vargas (es lamentable
su bajón), Herrera, Advíncula, Ballón, Retamoso, Carrillo, Fernández,
Rodríguez, Yotún, Mariño, Lobatón, Hurtado, Penny, Ramos y demás, al margen de
los sub 20, sólo son buenos jugadores pero hasta allí nomás, y les cuesta
mantener un nivel alto en torneos de
máximo rigor técnico, táctico,
físico y psicológico caso las Clasificatorias. Es similar a comparar las
capacidades de motores con diferente cilindraje: ambos cumplen bien su función
pero, en presiones extremas, uno terminará fundiéndose y el otro pasará la
prueba.
En ese contexto, Colombia, Argentina,
Chile, Ecuador y Uruguay tienen decenas de futbolistas triunfando en las
mejores competencias europeas y eso les permite hacer cambios o replantear sin
tantos riesgos lo cual no sucede con Perú que sin Farfán, Pizarro o Guerrero se
afecta considerablemente. Eso no significa que nuestras posibilidades sean
nulas y debamos rendirnos. Sin embargo sí debería ayudarnos a comprender porque
estamos en el sétimo lugar y las pocas victorias logradas han sido tan sufridas
mientras de visitantes sólo hemos obtenido un punto de 18.
Conclusión: Debemos ser mesurados en
las victorias y en las derrotas pues tenemos un equipo con limitaciones. Queda
trabajar con precisión casi científica e intentar vencer a Uruguay y después a Venezuela que, sobre el papel,
nos superan pero no son invencibles.
Hasta la próxima.
o.rivasplata@pucp.edu.pe
Vespertino Satélite de Trujillo -Perú