Ha sido la venta (en 2.7 millones de
dólares) de Jordy Reyna al Red Bull Salzburg, subcampeón de Austria, la noticia
más impactante de la última semana en el plano deportivo. Y ha traído, lógico
pues se trata de un futbolista con mucha proyección, impresiones de diverso
color. En boca de muchos se ha dado como consecuencia del desesperado intento
de la junta de administración transitoria presidida por Susana Cuba por generar
dinero fresco y paliar la endeble economía del club de la Victoria. Otros, como
Teófilo Cubillas, han criticado la operación por considerarla apresurada
teniendo en cuenta que el sub 20 aún no se consolida en el ámbito local.
Sin embargo, ambas, y algunas más, son
opiniones respetables pero no enmarcadas en el verdadero valor que para un
delantero de 19 años tiene jugar en Europa y en un medio opuesto al desordenado
e informal contexto peruano. Pues su nuevo equipo disputará la fase previa de
la próxima Champions League, el torneo austriaco es superior al nacional y,
además, resulta adecuado para que el ex Alianza Lima tenga la continuidad que
no disfrutaría en campeonatos más competitivos – caso Italia, Alemania o
España- y pueda seguir un acorde proceso de consolidación hasta dar el gran
salto.
Es más: ojalá y todos los jugadores
locales con potencial pudieran emigrar -a ligas superiores - lo más pronto
antes que terminen corrompidos por los cientos de defectos que nuestro sistema
futbolístico tiene y ondean como escupitajos sobre la superficie del agua. Por
tanto, siga nomás, Jordy, y que le vaya bien.
Hasta la próxima.
o.rivasplata@pucp.edu.pe
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