Cuando la situación amerita el doble de esfuerzo, imponer coraje ante la adversidad, la Universidad Vallejo no deja de caer. El cuadro de Víctor Rivera, lejos de mostrar patentes intenciones de mantenerse en la categoría, parece ponerse trabas a sí mismo y hacerle caso a las erradas declaraciones de su presidente días atrás (“quiero que el equipo descienda” , “toda la culpa es de los jugadores y el comando técnico”) o de quienes desean verlo de vuelta en la segunda división.
Esta vez Unión Comercio hizo burla de su endeble defensa y le endilgó una goleada la cual, a falta de dos jornadas para que el Descentralizado culmine, lo coloca en una ruta harto difícil: 30 puntos, colero junto a CNI y Alianza Sullana, y con dos próximos rivales muy complicados, el desesperado Universitario de Deportes, en Lima, y luego Juan Aurich, en Mansiche.
Empero, el conjunto trujillano, cuya plantilla es una de las mejor pagadas del torneo y fue conformada, según sus directivos, para pelear el acceso a Copa Libertadores, todavía depende de sí mismo y de ganar esos dos partidos estaría salvado. De no ocurrir, tendría que revisar otros resultados. Lo valioso, dentro del pantano de riesgos en el que está sumido, es que tiene varios jugadores rescatables y un entrenador con condiciones para salvar la difícil prueba.
“Es la hora de demostrar de que están hechos” decía a sus guerreros, el rey espartano Leónidas, cuando los tambores de batalla se escuchaban cada vez más fuertes. Hasta la próxima.
Lamula.pe
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