Las penosas actuaciones de los clubes nacionales en la Copa
Sudamericana 2012, con estadísticas lamentables – ocho partidos jugados y ninguno
ganado -, devuelve una interrogante que ya muchos nos hacíamos un par de años
atrás, cuando se anunció que a nuestro país se le aumentaría el número de
clasificados a ese certamen: ¿merece la ADFP tener siete cupos a eventos
continentales?
¿Cuál es el sustento para que, dentro de una liga considerada
débil en el contexto mundial y en un país cuya selección se ubica última en
Sudamérica, se otorgue accesos a lides internacionales hasta el sétimo lugar y
en un sentido tan desproporcionado respecto del número de participantes en el
torneo local (16 clubes)?
En asociaciones como la argentina o brasileña el número de
boletos hasta es superior pero se entiende por el nivel que tienen. Aquí, de ninguna manera y los resultados,
fríos e inobjetables, los corroboran.
Por tanto, urge revisar un sistema de clasificaciones que,
lamentablemente, obedece a ambiciones exclusivamente económicas de parte de la
Conmebol – como mayores taquillas, pagos por sponsoría, derechos televisivos,
etc- por encima de méritos deportivos.
De no hacerlo seguiremos exponiéndonos a actuaciones tan
vergonzosas como aquellos nueve goles que recibió Sport Huancayo en Uruguay el
2010. Al menos que nos toque enfrentar a oncenas de quinto nivel o, más difícil
que Acuña y Murgia trabajen unidos, el fútbol peruano se torneo serio,
competitivo y planificado. Hasta la próxima.
o.rivasplata @pucp.edu.pe
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