viernes, 7 de diciembre de 2012

Messi, Pelé y el eficaz Torpedo Muller


Con su impresionante galopada goleadora, Messi ha rescatado de la memoria a Torpedo Müller, que apareció en el horizonte del récord más allá que el mismísimo Pelé. Pelé marca la frontera entre lo humano y lo divino en el imaginario popular. Esa frontera ya la traspasó Messi, pero hete aquí que más allá había otro semidiós, el rechoncho cuan eficaz Torpedo Müller, que llegó a acumular 85 goles en un año natural. Nada que ver con Pelé ni con Messi, salvo en la contabilidad de goles. Un especialista. No cruzarías la calle para verle jugar, pero te daba pánico verle en el equipo de enfrente.
Siempre hubo rematadores puros, pero este es el caso más acabado que conocí. No tenía un buen físico. Estatura limitada para todo un delantero centro alemán (1,74) y cierto aire contrahecho: paticorto, cabezón, cuellilargo. Nada habilidoso. Con los años mejoró, como todos, y empezó a asomarse un poquito por atrás para tocar algo y aparecer por sorpresa. Pero su valor siempre fue esa condición de goleador extremo, el raro conocimiento de dónde va a estar el balón y sobre qué pierna va a estar apoyado el portero en ese momento. Luego, una pegada simple y seca. Y a cantar el gol.
Formó parte principal de aquel antipático Bayern que ganó tres títulos en los setenta y de una grandiosa selección alemana. Un equipo que dejó huella de eficiencia. Se recuerda más a Beckenbauer, pero la elegancia extrema de este jugador era casi una rareza en aquel equipo práctico y percutidor que empezaba en Maier y terminaba en Torpedo Müller. La ventaja de Messi sobre él es que Müller 'sólo' metía goles. Messi los fabrica con sus arrancadas veloces, o los da. Llega al gol por el arte. También da pánico tenerle enfrente, pero en su caso se cruza gustoso no ya una calle, sino un océano, por verle jugar.

Alfredo Relaño
Diario As

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