En esa extraña forma de jerarquizar
las federaciones de fútbol cada fin de mes, la FIFA tocó fondo. Se pajareó. Se equivocó
otra vez. Se metió una soberana resbalada hasta impactar de cacharro contra la
suela de un chimpún 45 en una pelota dividida. Pues, si bien es cierto, el
equipo peruano ha mejorado los últimos años, no lo es que merezca ser
decimonoveno y por encima de Francia, Chile, México y varios más que nos llevan
mucho de distancia. Eso resulta tan exagerado como pretender que Acuña y Murgia
sean amigos íntimos.
¿Y cómo explicarlo, entonces? No hay
razones serias por más que varios se esfuercen en detallar la fórmula para
elaborar el cuestionable ranking. Es, simplemente, otro descabellado análisis
del máximo ente del balompié mundial. Que por ganarle en cotejo amistoso a Panamá,
luego a Ecuador y perder contra Colombia, nos premia cual si fuéramos potencia
histórica. De repente una tarde goleamos a la selección de Transilvania o a los
‘Amigos del Cuto’ y nos mete en el top 10.
En ese contexto, lo adecuado es
asumir la noticia con absoluta mesura. Entender que no hay mayor verdad a la
del día a día: seguimos jugando un torneo descentralizado muy desordenado, con
un nivel muy pobre y muchísimo por mejorar. Y que el seleccionado patrio -se
juega la vida en las dos fechas siguientes de las Clasificatorias Sudamericanas
al Mundial Brasil 2014 – se supera, pero nunca tanto.
Hasta la próxima.
Oswaldo Rivasplata G.
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