sábado, 5 de abril de 2014

NO ES EL DT

Desde la rabia cualquier expresión pierde consistencia. Resulta como una flecha sin las plumillas que le dan estabilidad. O como un búmeran que vuelve contra quien lo lanza. En el Perú  hay mucho de eso. Y en el fútbol, pasión de multitudes, se multiplica.

Ora, por ejemplo, es el caso de Pablo Bengoechea y su designación como DT  de la selección de mayores. Y casi todos, tirios y troyanos, le dan patadones al estómago  al uruguayo por su lógica decisión de aceptar un puesto para el que, siente, está preparado, al margen de la incongruencia del presidente de la FPF Manuel Burga quien hablaba de entrenadores A1 para luego traer otro que era asistente del anterior seleccionador principal pero que ya conoce muy de cerca la realidad local y a los jugadores.

Sin embargo, que no tiene experiencia, que nunca dirigió a nivel de clubes, que es un muchacho en formación, que no lo respetan, que es un fracaso seguro, continúan varios quienes, incluso, fracasaron con roche cuando tuvieron su oportunidad y que, hundidos en su cólera, no apuntan al verdadero problema, lo medular del asunto y que nada tiene que ver con Mosquera, Bielsa, Markarián, Capello, Guardiola, Mourinho o cualquiera por venir: Las estructuras de nuestro balompié. El desorden, la mala planificación, los torneos mamarrachos, la pobre formación en menores, el mediocre nivel doméstico, la carente educación física, la pésima formación dirigencial y de entrenadores. Eso es lo que, fundamentalmente, se debe cambiar.  Sino nadie nos salva.
Hasta la próxima.

Oswaldo Rivasplata
Vespertino Satélite

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