Hace unos días, tras su clasificación a la fase regional de Copa Perú, exponía, sin ánimo de ser aguafiestas pero si sensato, que el equipo más popular de Trujillo no podía caer en el grave error del triunfalismo. De magnificar victorias que sólo resultaban pasos hacia adelante dentro de un camino todavía muy largo y con una institución que necesitaba – desde su presidente, comando técnico y hasta el último de sus jugadores- mejorar y mucho.
Lamentablemente, la Copa Perú, con fases muy cortas e inmediatas, no te da tregua y basta con una o dos derrotas para ser eliminado. Peor aún si tienes un plantel con muchas limitaciones y un entrenador que confunde su trabajo con un talk show. Tanto que hasta se atreve a tomar licor con sus propios jugadores luego de un partido oficial y en pleno bus de retorno a la ciudad.Anoche, sólo dos semanas después de aquella victoria contra los huamachuquinos del Grau, la improvisación que reina en un club de historia pero muy maltratado le cayó como un portazo sobre la cara. Universidad San Pedro fue un rival modesto aunque práctico para definir dos de las pocas ocasiones que generó ante un cuadro tan frio como estas raras noches de presunta primavera.
Una derrota que prácticamente lo saca del torneo pero, ojalá, y de una vez por todas, genere serios cambios en el manejo institucional carlista. De lo contrario, seguirán pasando los años y el ansiado retorno a primera profesional no llegará. Hasta la próxima.
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