Cero y van tres. Le pasó a Mannucci y le ocurrió a
Universitario en el 2009. Años después la historia se repitió con los equipos
trujillanos y la inexpugnable Tumbes, la tierra del curaca Chilimasa, esa
frontera heroica cuyas memorias de guerra parecen revivir cuando hay partidos
de fútbol de tanta magnitud como en la fase Nacional de la dura Copa Perú.
Fue antier. Y hubo
clima bélico tal que ni los periodistas liberteños – a quienes se les negó el
libre acceso al estadio - pudieron sortear en un escenario con bordes de
trinchera y tierra o cascajo en lugar de césped. Propio del torneo más
devaluado del país. Donde, en muchos casos, ganas no por méritos
deportivos, sino pues ‘’arreglaste”
mejor el partido que tu rival.
Lamentablemente, el esfuerzo de los jugadores del Juventud Bellavista tampoco resultó
suficiente. Y, con errada propuesta ultraconservadora (laterales sin proyección
y doble línea defensiva ante un rival agresivo), además de la temprana
expulsión de Galliquio, debió morder la derrota que ya algunos presumíamos tras la corta ventaja lograda en el cotejo de ida.
Sin embargo, el 4-3
final, en tanda de penales, no mancha la
digna campaña que los esperancinos
cumplieron esta temporada. En su regreso a primera división superaron largamente lo
realizado por clubes de mucho mayor recorrido y más populares caso Carlos Mannucci , Deportivo Upao o el Atlético Grau de Piura, tempranamente eliminados. El JB,
en cambio, cayó de pie. Y debería ser el comienzo de un nuevo camino, más
limpio y glorioso.
Hasta la próxima.
o.rivasplata@pucp.edu.pe
GRANDE JB ORGULLO DE LA LIBERTAD
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