Que Roberto Arrelucea tiene méritos nadie lo discute. Mucho
menos los trujillanos, quienes le hemos visto campeonar en segunda división,
con la UCV, el 2007, y luego hacer una
campaña muy digna al frente de Carlos Mannucci, en la Copa Perú del 2009.
Sin embargo, ni asi se trate de Mourinho resultaría comprensible contratarlo para suplir
a quien cumplía un trabajo eficiente y con plazos tan cortos.
¿O, acaso Carlos Delgado, venía “malográndola” al mando del
Juventud Bellavista? La respuesta es obvia en favor de un técnico que ganó 30 y sólo perdió un partido de 33
disputados, sumó más de 140 goles a favor y, lo más meritorio, revirtió un
marcador de 4-1 en el cotejo más importante del torneo. Lógicamente, siempre
tendrá errores por corregir o virtudes para mejorar pero nada que suponga
cesarlo. Al menos haya cometido serias faltas disciplinarias o, debiéramos
admitir, fue separado sólo por no aceptar la asesoría del profesor Ronald
Amoretti – instructor de la FPF- , como se publica en la cuenta oficial de
Facebook del club.
De otro lado, ni Arrelucea, Bielsa u otro nuevo entrenador podría,
en siete días de trabajo – pues la etapa Nacional comenzaría la próxima semana-,
implantar su sistema de juego o estrategias de forma efectiva en una plantilla alterada hasta con 11 jugadores recientemente incorporados y varios
separados. Lo mismo pasó, recordemos,
con el Defensor Porvenir, hace cuatro temporadas y en la misma fase cuando, inexplicablemente,
su dirigencia cambió el comando técnico y muchos futbolistas para enfrentar al
Atlético Torino que, finalmente, lo eliminó.
Empero, el ‘’Marajá” ya tomó la batuta y ojalá, dentro de esas imprevisiones propias del balompié, la decisión de la directiva esperancina derive en resultados positivos.
Hasta la próxima.
Publicado en el Vespertino Satélite
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