“ ¿Por qué cada vez
que el Perú pierde le echan la culpa a los árbitros?”, me preguntaba mi
sobrino hace dos noches. Con 11 años de
edad sus tendencias al prejuicio son, lógicamente, menores y dice lo que siente
sin menos recelo. Con los adultos no pasa tanto y con mayor razón si está de
por medio el herido orgullo patriotero de ver una selección que pierde porque,
sencillamente, no supo aprovechar las oportunidades que tuvo ante el rival matrero
y un juez mediocre que se equivocó para
ambos bandos. Pues, Lostau, así como dejo pegar con alevosía a los charrúas y
debió expulsar al menos uno, también se comió un penal claro contra Cavani.
Incluso, pregunto: ¿qué diríamos ahora si Muslera no atajaba el primer disparo al
arco de Pizarro en clara posición adelantada y metíamos el primer gol?
En esa línea las palabras del propio Pizarro resultaron
adecuadísimas, tras el partido: “No hay árbitro que influya si hacemos las
cosas bien, si no nos dejamos llevar por las provocaciones y estamos
concentrados pero, lamentablemente, todo el tiempo hacemos lo mismo” en clara
alusión a los errores infantiles que, caso Yotún, se cometieron.
Adicionalmente, y dejando al juez de lado, hay un tema de
fondo que sirve para entender mejor otra nueva decepción: falta de jugadores de
jerarquía. Con dos, tres o cuatro futbolistas de categoría internacional no
basta cuando nuestros rivales suman decenas con nivel A1 triunfando en Europa y
cuajados para competencias de extrema presión.
Anta tal realidad quedamos supeditados a triunfar eventualmente y
terminar rogando con calculadora en mano. Sino que lo digan Maturana, Uribe,
Ternero, Autuori, Chemo y otros más que con muchos de los que tiene ahora Markarián fracasaron.
Y si Cristhian Ramos comete errores es porque es parte de la
peor defensa del mediocre campeonato descentralizado (la del Aurich), si
Advíncula, que parece sólo le interesa correr y correr como desbandado, alterna en el Ponte Preta es porque de Europa
lo devolvieron dos veces (y ni Revoredo, Guisazola, Carmona y cien más
rindieron como se requería en ese puesto) , si el desconocido Vargas juega 45
minutos es pues, lamentablemente, no hay más para esa posición (¿o Ampuero,
Vílchez y tienen la calidad requerida?), si Ballón volvió a San Martín es
porque en River Plate decepcionó, si el mismo Guerrero que pierde la paciencia
con tanta facilidad, si Ramírez, si Hurtado, si Carrillo, si Lobatón, si Manco,
si Chiroque…
Hasta la próxima.
Oswaldo Rivasplata
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