martes, 22 de febrero de 2011

Decencia...

Quince millones de peruanos no creen en los políticos. Basta consultar cualquier encuestadora de cierta honestidad para comprobarlo. Más aún, los electores los asocian con la peor de las lacras, impedidos de misericordia por tanta corrupción y bajezas.

Pero, no solo de piedras y gallinazos está cubierto el camino del señor. Lógicamente. Y un connotado hombre de prensa dio la talla, el aliciente para no perder la fe. Alberto Beingolea dejó el periodismo deportivo; se retiró tras más de 30 años de labor ininterrumpida desde que era un infante allá por finales de los 70, cuando Yola Polastri cedió ante las insistencia de un gordito bonachón que le pedía una oportunidad en su conocido programa de tv.

Y lo anunció con la voz quebrantada pero, regalándonos también, un sentimiento de orgullo y esperanza. El ex conductor de CMD postulará al Congreso de la República e hizo lo que muchos ‘pendejeretes’ deberían copiar: deja la labor periodística por resultar, está, totalmente incompatible con el desempeño político. “No deseo que mi presencia en un medio de comunicación pueda verse como una manera de ganar votos o atacar rivales, quiero jugar limpio”, fue su adiós.

Otro comunicador respetado, Guido Lombardi, en tanto, regresó con su columna de opinión en diarios limeños. Esa misma que dejó hace unos años, cuando decidió ingresar a la política y sintió, por decencia, tener que congelar su carrera profesional. Esta vez no postulará al congreso ni a ningún cargo y, por tanto, regresa a su vocación.

Magistrales ejercicios de ética periodística para cientos que egresan de universidades cada temporada. Hasta la próxima.

Oswaldo Rivasplata G. Diario La Industria de Trujillo.

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