Le pasó el 2010, luego el 2011 y, finalmente, hace unos días.
Contra Barcelona de Ecuador, Independiente Santa Fe y Deportes Tolima. En los
tres casos con total justicia. Y nunca pudo ganar un partido.
La Universidad
Vallejo volvió a ser eliminado tempranamente de un torneo internacional y
rompió las ilusiones de una hinchada que crece y tanto se ilusiona como se
frustra cada vez que su club debe jugar certámenes de ese tipo. Pero además, y es lo peor de todo, la escuadra trujillana tampoco
aprende de esas caídas.
Pues para nadie es novedad que su directiva tiene el
soporte financiero para conformar un plantel con mayores capacidades y no seguir
aferrado a la espontaneidad o simplemente ver que sucede. Para incorporar al menos un par de jugadores
con jerarquía internacional comprobada antes que varios futbolistas sólo para
el nivel doméstico.
Esta vez apostaron por elementos quienes, algunos, ni
siquiera eran titulares en sus anteriores equipos y, además, prometieron un
gran 10 que nunca llegó y se hizo notar
en los dos choques ante los colombianos. Pues pretender que Sotil haga maravillas, Morales se coma la cancha,
De la Haza se sacrifique, Galván persiga a los delanteros o Libman las ataje
todas para ganar los cotejos es imposible en un juego eminentemente colectivo y
no de cuatro o cinco. Así, imaginar esta nueva eliminación no era difícil.
Incluso,
ya en Ibagué –choque de ida- pudo recibir una goleada de escándalo de no ser
por su arquero y los palos.
Ojalá la directiva – tan responsable como el comando
técnico- aprenda de sus errores. De lo contrario, y en el muy posible caso que
vuelvan a clasificar a la Sudamericana o Libertadores de la próxima temporada
(pues equipo para afrontar el torneo nacional sí lo hay), seguirán despidiéndose
temprano.
Hasta la próxima.
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