miércoles, 28 de abril de 2010

Una ronda no es suficiente


Tan bueno como los jugos de doña Violeta en el gimnasio Planet de la calle Bolognesi, la clasificación de Alianza Lima y Universitario a segunda fase de Copa Libertadores 2010 merece un aplauso prolongado. Hasta acompáñelo con un buen vino de Cascas si quiere.

Razones hay varias y van desde la manera en que se concretó – con dos equipos de propuesta clara, nunca temerosos y fuertes colectivamente-, ante rivales muy respetados – uno de ellos actual campeón de América-, hasta las nostalgias que generó: más de 10 años que dos clubes peruanos no superaban la primera ronda. Es tal el asombro que ni la FIFA se guarda elogios y considera a cremas y blanquiazules como los cuadros sorpresa del torneo.

Sin embargo, hasta allí bien y punto. Porque luego, suponer haber “retornado al primer plano de fútbol sudamericano” o “que el glorioso balompié peruano resurgió” es tan errado como creer que mi adorada Vicky cocina rico.

La categoría de grandeza está asociada a la permanencia y no a hechos aislados como, en este caso, gozan dos representativos nacionales. O si no fuera así, démosle la misma dimensión a Bolognesi, Alianza Sullana y Sport Ancash que en años recientes pasaron a segunda ronda de la Copa Sudamericana. Y también a Cienciano que nos habría “vuelto al primado continental” con la hazaña del 2004 y ya sería un grande de Sudamérica.

No nos equivoquemos. Esta campaña de grones y cremas, si bien es importante para una realidad futbolera que nos tiene como los peores y sin mínima trascendencia internacional, no pasará de un bonito recuerdo si es que no alcanza instancias finales del certamen (¡hagamos fuerza!) pero, además, no marca el inicio de mejores panoramas para un balompié cholo muy desprestigiado. Y eso implica mantenernos así, protagónicos, dando pelea siempre y no cada 10 años. Hasta la próxima.

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