domingo, 27 de junio de 2010
La teoría de la evolución
JOHANNESBURGO -- Sobreviven, no los más fuertes, sino lo que se adaptan. Fue Darwin quien dijo algo así. No creo que él se preocupara mucho por el fútbol, pero su principio vital se puede aplicar a ciertos casos que se dan en el Mundial 2010. Como el triunfo 4-1 de Alemania sobre Inglaterra.
En Inglaterra, Capello puso jugadores iguales en la mitad pero los ubicó en posiciones diferentes a las que están acostumbrados. Gerrard, convertido en volante por izquierda, Barry actuando muy cerca de Lampard como doble cinco y a Milner lo mandó a la derecha, el único que jugó como lo hace habitualmente en Aston Villa. A Rooney lo sacó del área y ocupaba la función de atacante retrasado, quitando el lugar de trabajo natural de Lampard.
Todo eso quiso hacer Capello, pero los jugadores no se pudieron adaptar, Inglaterra recibió la peor derrota en los mundiales de los últimos cincuenta y seis años y deja una imagen de talento desperdiciado.
En la otra esquina también hubo cambios... Ante la lesión de Ballack, Schweinsteiger tuvo que convertirse en volante central para hacer pareja con Khedira, y eso le abrió la posibilidad a Podolkski de ser titular por la banda izquierda. Klose, el goleador de cinco tantos por mundial, iba al área, pero el joven Müeller no tenía espacio. Thomas no es El Torpedo del 70 y 74, pero sí un joven bien preparado del Bayern Munich.
¿Y qué había para él? La banda derecha, alejado del área y con más tareas tácticas que sólo mandar a guardar la pelotita. Schweisnterger cumplió, está lejos del gol, pero nadie le puede reprochar su trabajo, en últimas, se adaptó. Müeller por su lado, no sólo se retrazó cuando Inglaterra salía con Cole, o entró en el circuito cuando tocaban de la mitad hacia derecha, poniendo asistencias de gol, sino que terminó las jugadas y ya es uno de los artilleros de La Copa.
Pueden decir que la diferencia entre alemanes e ingleses en los octavos fue el gol no convalidado, o el pobre Calamity James y su "mufa", o la poca reacción de Upson; y tienen razón en su justa medida. Pero atendiendo los detalles del partido me voy con la de Darwin, los que sobreviven no son los mejores, sino los que logran adaptarse. Y Schweinsteiger y Müller representa a la generación espontánea que quiere ser tetracampeón.
Tito Pucheti. espndeportes.com
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