En pleno proceso mundialista, ni los medios de comunicación ni la gran maquinaria publicitaria puesta alrededor del evento hablan del tema. Eso sí, los preservativos se regalan en cada baño de hombres. Sorprendió la presencia de un condón inflado en el campo de juego durante la inauguración. La respuesta es sencilla: los regalaban en los servicios del Soccer City. Pero lejos de alcanzar un volante informativo, o de tener un puesto de consulta por dudas acerca de la enfermedad y su prevención, los preservativos están allí, simplemente, en los estadios, para quien quiera usarlos.
El proceso se repite en bares, restaurantes y pubs de Soweto, Pretoria, Santon o cualquier otro suburbio de esta inmensa ciudad. El gobierno británico, sin más, donó 42 millones de condones para que fueran repartidos en el Mundial. Esto no parece suficiente. Sin contar, claro, que -como bien indicó el periodista Ezequiel Fernández Moores en su nota "Fútbol en el país del SIDA", publicada en el diario argentino La Nación, en el mundial se puede agravar "el problema ya agudo del tráfico de peronas que llegarán al país como esclavos sexuales". El muy buen artículo refiere en particular a "mujeres y niños y rescata una interesante frase de Buti Tlhagale, el arzobispo de Sudáfrica: "¿Para quiénes serán esos condones? ¿Para esa industria de explotación sexual de menores y mujeres engañados con ofertas de trabajo y luego reclutados para el sexo?".
Si bien es discutible (más allá de los preservativos, el comercio sexual existe y es peor si ocurre sin profilaxis), es algo que da para pensar. Tircie, una guía turística local que lleva 16 años en el oficio, asegura que el problema real de la propagación no es la promiscuidad, sino la poligamia que profesa la mayoría Zulú en este país. Eso incluye al presidente Jacob Zuma, que tiene tres esposas y algunos problemas por sus aventuras extramaritales. "Si cada hombre tiene relaciones sexuales con cuatro, cinco, o seis mujeres al mismo tiempo, el problema no está por resolverse", asegura Tircie.
Y aunque sostiene que hay "toneladas de campañas de concientización", también advierte que hay "mucha ignorancia sobre el tema del VIH, sobre todo en los sectores pobres". Tampoco ayudó la postura del ex presidente Thabo Mbeki, quien durante su presidencia repitió su rechazo ante el consenso científico de que el SIDA era causado el virus VIH. Esta postura llevó a que el mandatario no repartiera medicamentos en su país. Según un informe publicado por el diario El País de España, de haberlo hecho se podrían haber evitado más de 365 mil muertes prematuras.
"Incluso uno de sus Ministros de Salud aseguró en aquel momento que el ajo y el jugo de limón mejoraban el sistema inmunológico. Aquí lo malinterpretaron y muchos dejaron de tomar sus pastillas, sus medicinas", aporta Tircie. Según el mismo informe anteriormente citado, durante los casi 10 años de gobierno de Mbeki murieron por causa del SIDA 1,5 millones de personas.
Las cosas han mejorado, pero no tanto. El símbolo de la patria, Nelson Mandela, admitió haber perdido a su hijo por el SIDA. El propio Mbeki admitió sus equivocaciones al encarar el tema. Dos buenas noticias. Una mala: el actual presidente Zuma, absuelto en un juicio por violación en 2006, admitió haber tenido sexo con una mujer que él sabía infectada. Según Fernández Moores, confesó que "no usó preservativo y contó que se duchó inmediatamente después de la relación creyendo que así reduciría las posibilidades de contagio. No ayuda mucho en un país en cuyas zonas rurales más precarias cada tanto circula la teoría de que el sida se cura teniendo relaciones con una chica virgen".
Es cierto, el fútbol sigue. Los partidos se juegan, la gente se mueve: en el Soccer City Holanda se mide con Dinamarca. También allí regalaran preservativos.
Pablo Cheb. espn.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario