Más que su pierna diabólica o su mano de Dios, me sorprende la boca de Maradona. O mejor, me sorprende su lengua. En solo una semana ha disparado cuatro frases desde Pretoria que ayudan a entender a la Argentina que, en un rato más, sale a la cancha. Lea y repase.
1. “Argentina era un Rolls-Royce sucio”
Si la calidad de un equipo la marca la jerarquía de sus jugadores, sí, Argentina es un auto caro. Incluso podría ser un carro clásico porque hablamos de Argentina, un doble campeón mundial, con pasado de jugadores históricos (Maradona el primero). Eso sí, no es un caso único. Si forzamos la idea, Alemania podría ser un Corvette, Italia un Ferrari y Brasil un Lamborghini. Entonces, cuando hay igualdad de prestigio en los autos, lo que define es el chofer. Y Maradona está algunas gradas debajo de Low, Lippi o Dunga.
2. “Messi será mi Maradona”
Esa frase la han pronunciado en su momento Pekerman y Basile, dos seleccionadores con los que Messi tampoco brilló vestido de albiceleste. Hoy que las opciones de ataque más claras serían Higuían-Tevez o Tevez-Milito, el técnico Maradona pretende para Messi la conducción de Argentina, de tal manera que le dará licencia de flotar en ofensiva sin estar circunscrito a ninguna esquina. En realidad, su triunfo no sería que Messi sea Maradona. Bastaría con que al fin Messi sea Messi.
3. “Te juego mi casa contra un reloj que no nos volvemos en primera rueda”
Si usaramos esa arriesgada máxima en todos los casos, Marcelo Bielsa, un muy buen entrenador según la mayoría, debería estar viviendo en el depa de un pata o en el carro de sus suegros. Èl, un crack del oficio, no pasó la ronda en el 2002. Y eso que ganó un partido, empató otro y solo perdió uno. Ni con 4 puntos estás seguro en la otra ronda de un Mundial. Si me preguntan, creo que Maradona no tendrá que regalar su casa. Eso sí, creo que su otro reto (“si salgo campeón me desnudo en el Obelisco) tampoco lo cumplirá.
4. “Apunto a la Copa América del 2011”
Vivo en la cancha y fuera de ella, Maradona pactó con Julio Grondona, presidente de AFA, un contrato que supera el plazo del Mundial 2010. Según dice, su meta es llegar a la Copa América “con chicos jóvenes del campeonato local” y salir campeón de local en Buenos Aires. Su ‘coherencia’ se nota en la ‘inmensa’ lista de “jugadores jóvenes del campeonato local” que está llevando a Sudáfrica. ¿Cuántos? Ninguno. Ariel Garcé, que yo sepa, tiene casi 30 años.
Carlos Salas. Elcomercio.com.pe
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