Convertida en una entidad de sobrevivencia, al Instituto Peruano del Deporte (IPD) no pocas ocasiones le hemos achacado errores devenidos, básicamente, de la poca capacidad de gestión que sus principales directivos han demostrado, casi por norma, para superar evidentes limitaciones presupuestarias y el precario aporte que reciben de la sede matriz, en la capital.
Así, muchas veces debemos soportar terribles condiciones de trabajo o realidades penosas en las diversas ligas locales y el abandono que sufren cientos de deportistas del nivel amateur que cometen el pecado de querer destacar en un medio donde el deporte, a nivel político, es visto con ojos mezquinos.
Y en ese contexto, donde el propio sacrificio de los atletas, directivos y padres de familia es el básico motor de impulso para el desarrollo, cancelar la premiación anual a los mejores deportistas del año hubiera sido terrible, casi como matar al moribundo. Pero, esta vez la enmienda sí llegó y, finalmente, el presidente del IPD – Fernando Huere - anunció, el pasado miércoles, que la Cena del Deporte 2010 será ‘salvada’ para alegría y justicia de quienes cada temporada se sacrifican por ganar competencias y dejar bien sentado el nombre de nuestra provincia o departamento.
La ceremonia, nada pomposa pero sí muy adecuada, tendrá lugar el 12 de mayo en el Salón Consistorial de la MPT y será coorganizada por la flamante Asociación Nacional de Periodistas Deportivos la cual evaluará la lista de mejores atletas y dirigentes que cada liga proponga. Acertada corrección de un ente estatal que, con este tipo de acciones, recupera prestigio. Hasta la próxima.
Oswaldo Rivasplata. Diario La Industria de Trujillo.
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