jueves, 14 de abril de 2011

Una nueva escuela

Luego del final del Mundial de Japón varios nombres sonaron para suceder a Kim Cheol Yong en la dirección técnica de nuestra selección de vóley. Según se supo, el italiano Alessandro Chiappini contaba con la primera opción, pero al final el ex entrenador de la selección turca y del Atom de Polonia rechazó la oferta, por lo que la balanza se inclinó a favor del brasileño Romeu Beltramelli Filho, miembro de la unidad técnica de su país.

No es la primera vez que un brasileño ocupa ese cargo y los recuerdos no son los mejores. En el 2007 Enio de Figueiredo duró apenas siete meses al frente de la selección: fue despedido luego de la eliminación de las Olimpiadas de Beijing a manos de Venezuela. Lo sucedió Francisco ‘Chico’ dos Santos, que renunció en el 2008.

En una entrevista para la prensa escrita que dio luego de su salida, ‘Chico’ fue categórico: criticó con dureza la precariedad del vóleibol peruano y la improvisación de la FPV, recomendó un trabajo a largo plazo con inversión privada, y dejó acuñada una frase categórica: “Perú no tiene material humano para el vóley”.

Ojalá la elección de Romeu haya sido bien meditada. La escuela asiática fue muy exitosa en el Perú porque –como ocurría con China, Japón y Corea– conseguía compensar la falta de estatura de nuestras jugadoras con velocidad y buena defensa.

Brasil, en cambio, propone un camino distinto y propio, una escuela híbrida que combina lo mejor de cada tradición: la velocidad oriental, el ‘atleticismo’ cubano, la potencia europea. Con los jugadores adecuados, y luego de años de seriedad y planificación, esta apuesta lo ha llevado a la cúspide del vóley mundial, tanto en hombres como en mujeres. Romeu enfrenta un enorme reto. Esperemos que esté a la altura y que lo dejen trabajar.

Raúl Tola. El Comercio.

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