En plena campaña electoral, pocos candidatos presidenciales exponen planes para el desarrollo del deporte. Por eso, desde la semana pasada hasta la siguiente, estoy entregando tres propuestas para que sean analizadas, y así realizar el gran plan de desarrollo coherente y a largo plazo para que el Perú despegue en el ámbito deportivo.
Hoy expondré las maneras de gestionar un club deportivo, que puede ser la solución, en especial de los clubes de fútbol, para sanear sus arcas y enfrentar exitosamente el futuro.
La primera es la conversión del modelo actual de clubes a sociedades anónimas deportivas (SAD), que tiene la gran ventaja de que hará responsables a sus gestores –con el modelo actual no lo son–, pues los accionistas perderán su dinero aportado si hacen una mala gestión.
El capital social mínimo exigido será el monto del total de su pasivo al momento de convertirse en sociedades anónimas, así los inversores encontrarán saneado al club, sin cargas financieras ni deudas, inclusive las que tienen con la Sunat, pues se cancelará el monto total de su pasivo. Los accionistas no tendrán límite para la compra de sus acciones. Es el caso del Chelsea de Inglaterra, con Abramovich como máximo accionista.
La segunda es entregar en concesión a una sociedad que administre el club por los próximos 30 años. En este caso, cada accionista de la concesionaria podrá comprar como máximo el 15% del total de las acciones. Estas cotizarán en la Bolsa de Valores. Blanco y Negro, compañía que administra al Colo Colo, lleva seis años de exitosa gestión. En su momento se compraron acciones por 32 millones de dólares, el máximo acordado, pero se recibieron ofertas hasta por 90 millones de dólares.
La tercera es que se siga con el régimen actual, pero que a los directores se les haga responsables de su gestión, pues en caso de pérdidas, ellos avalarán el 15% de estas con su patrimonio personal. Sucede con el Athletic de Bilbao, FC Barcelona, Osasuna y Real Madrid, los cuatro únicos equipos españoles que no se convirtieron a SAD.
El éxito para cualquiera de las tres propuestas dependerá del factor humano, pues en cada una de ellas, sea accionista, concesionario o director, pueden hacer una buena o mala gestión, pero en las tres, en caso de pérdidas o malas administraciones, se afrontarán responsabilidades, que el día de hoy no las tienen, pues los malos gestores no reciben ninguna sanción.
Luis Puigrós. Diario El Comercio.
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