viernes, 17 de junio de 2011

Ay, Burga


En el Día Mundial del Trabajo Infantil (con miles de pequeños trujillanos explotados y un aparato político deprimente) hay dirigentes que merecen condena de labores forzadas en la peor mazmorra. Esa que, en las paredes saturadas de hongos y arácnidos, tenga gráficos a color de Olenka Zimmerman y Megan Fox en toples para que ya el sufrimiento sea demoniaco. ¿O habría menor castigo para alguien que casi cuatro años después reconoce la inocencia de una persona involucrada en un escándalo de terribles proporciones sin tener culpa?

A Claudio Pizarro lo han literalmente destrozado por presuntamente participar de la famosa juerga en el Hotel Golf los Inkas. Acusado de borracho, ‘vendepatria’, apañador y otros terribles calificativos para un tipo que, crack o no, siempre se manejó con seriedad. Y el único que defendía su verdad, dentro de un ambiente social y periodístico muy afecto al morbo y el sensacionalismo, era él. Incluso, recurrió a un tribunal internacional deportivo (el TAS) para demostrarlo pero nadie en la FPF le hizo caso.

Hasta que el propio titular de esa entidad, Manuel Burga, más de mil días luego y sólo porque a Markarián se le ocurrió traer de vuelta al ‘9’ del Bremen, se atrevió a revelar lo que muchos sospechábamos: “Pizarro nunca tomó parte en ese problema… se le sancionó porque así lo quiso el comando técnico anterior”. Entonces, obvia reflexión: ¿por qué esperó tanto y no lo dijo mucho antes? Ay, Burga.

Corrijo: mazmorra, modelos en foto y, además, un CD con los cinco peores temas en inglés de Tongo para que llore con ganas. Hasta la próxima.

Oswaldo Rivasplata G.
Diario La Industria

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