Todos, como hace mucho tiempo, hablan de la fantasía barcelonista. Pero, esta vez, ya sin ningún límite. Y es que el categórico triunfo del elenco de Guardiola en la final de la Liga de Campeones de Europa ha resultado como coronar el Olimpo, descubrir Atlántida o abrazar el Santo Grial de la pelota.
“Es el mejor (equipo) de todos los tiempos, lo mejor que he visto sin lugar a dudas”, exclamó, inundado de emoción, el narrador de la cadena Fox Sports ante millones de televidentes. El propio DT del Manchester, Alex Ferguson, en una hidalguía sublime y la cual ya quisiéramos ver en muchos de nuestro medio, reconoció que ha sido el once que más los ha superado. Para un socialista del fútbol como Cappa, en tanto, “hace rato son la mayor muestra de poder ganar con belleza“. Totalmente cierto.
Pero la supremacía blaugrana va más allá. Trasciende hasta fronteras de identidad, ética y respeto al balompié en esencia. Una fórmula que conjuga jugar bonito, total deportividad y formación de jugadores propios como eficaces métodos para vencer y un modelo a instaurar. Y Barza da lujo tanto como juega limpio y mantiene una línea de futbolistas formados en su propia escuela (ocho en el equipo titular). Además, gestos tan solidarios como el del capitán Pujol ante el sanado Abidal – ofrecerle sea quien levante el trofeo obtenido en Wembley - tampoco sorprenden en este plantel. Por eso son, con absoluta justicia, los mejores y lo han ganado casi todo en los últimos tres años. Además, base de la actual selección campeona del mundo. Mucho lote para cualquiera. Hasta la próxima.
Oswaldo Rivasplata G. Diario La Industria de Trujillo.
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