Siempre, socialistas o capitalistas, con prensa vendida o equilibrada, con Ollanta o con Keiko, en elecciones o no, el fútbol generará ansiedades colectivas casi oceánicas en un país tan pelotero como el nuestro. Más aún si se habla del presunto renacer de un seleccionado al que hasta hace poquito nomás le metían de a seis sin anestesia o deprimía en cualquier cancha pero, hoy, completa cuatro partidos sin recibir goles o pierde uno solo de nueve cotejos ante varios cuadros mundialistas.
Por eso a Markarián lo tienen con los testes al cuello para que revele los 23 viajeros a Argentina. Hasta se sueltan primicias y le arman el once todos los días, mientras el presidente de la FPF se consagra de ‘conchan’ reconociendo, casi cuatro años después, que Claudio Pizarro nada tuvo que ver en el recordado escándalo del Hotel Los Inkas. Será gil.
Pero, volviendo a la presión por saber la lista final, habría que entender algo muy puntual: si tienes 33 jugadores – varios de ellos lesionados y en recuperación - con méritos para ser convocados y sólo puedes llevar 23, ¿acaso no resulta lógico postergar hasta el plazo límite y así tener el mayor tiempo posible para evaluarlos? Adicionalmente, esperar al 27 del corriente (fecha dada por la Conmebol), permitirá que el ‘Mago’ tenga menos posibilidades de fracasar pues podrá elegir a los de mejor condición física ese momento y reducir el riesgo de que el plantel disminuya intempestivamente en caso alguno se vuelva a lesionar. Y es que una vez enviada la lista al comité organizador de la Copa América 2011 ya no puedes cambiarla. Clarito.
Y si otros países ya definieron, allá ellos. Dejemos al ‘Mago’ tranquilo que el suelo, al menos ahora, está parejo. Hasta la próxima.
Oswaldo Rivasplata. Blog La Mula.
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