martes, 7 de junio de 2011

S.A: ¿salvación de los clubes peruanos?

Es conocido mundialmente que el fútbol es un deporte que genera dinero en cantidades industriales. Vender un jugador podría significar pagar a toda una plantilla de jugadores por todo el año. Un partido de Copa Libertadores puede llegar a recaudar más de 150 mil soles. La firma americana Nike puede otorgar un millón de dólares a un club por vestir su marca. ¿Por qué hacemos referencia a esto?… Porque los clubes de futbol ya dejaron de ser las tradicionales asociaciones, ya no son un grupo de personas que se juntan para dirigir un club, también es falso “que no tienen un fin lucrativo”. La realidad muestra que los clubes realizan una actividad comercial en el cual ofertan un espectáculo, tienen merchandising y forjan a nuevos talentos con el fin de venderlos a exterior y obtener ganancias.

El futbol peruano presenta una realidad que está representada en una sola palabra: INFORMALIDAD. Esto se traduce en tantos fracasos deportivos, deudas a jugadores, empleados y al Estado; los clubes en el Perú agonizan y nadie se da cuenta aún. Ante este panorama, la gran pregunta es ¿Se puede terminar con la informalidad y mejorar nuestra realidad deportiva nacional al obligar a los clubes profesionales de futbol profesional convirtiéndolos en sociedades anónimas abiertas?.


Internacionalmente tenemos ejemplos que nos demuestran la eficiencia de las sociedades anónimas. Sin ir muy lejos, Chile, aplica lo que son las sociedades anónimas en sus clubes. En el año 2001, Colo Colo, el club mas popular de Chile fue declarado en quiebra, en el 2002 luego de ser intervenido el club es dirigido por una empresa llamada “Blanco y Negro” que es una sociedad anónima, el club Colo Colo, no. Esta S.A. fue conformada por un grupo de personas con bastante solvencia gerencial y visión de futuro; y logró obtener de parte de los acreedores y la asamblea, la concesión del Club Social y la inmobiliaria del club por 30 años. Hoy el Colo Colo despues de casi 10 años es un club saneado financieramente, logrando exitos deportivos y la Empresa que la gerenció recuperó su inversión y también ganó.


Hay otros casos en el mundo, de clubes que fueron vendidos a sociedades anonimas sin que pasen por crisis financieras terribles sino buscando el mayor éxito deportivo como el Manchester United, el Arsenal, el Chelsea y también podemos decir que los clubes más exitosos del mundo no son sociedades anónimas, son clubes deportivos: Real Madrid, Barcelona y Boca Juniors, el manejo de estas instituciones es realizado por personas con conocimiento empresarial o muy bien asesorados, por ende el problema entonces no radica tampoco en la forma, sino en las personas.


Volviendo a nuestro mundo cruel, el año pasado se aprobó en el Perú La ley 29405, “Ley Que Promueve La Transformación Y Participación De Los Clubes Deportivos De Fútbol Profesional En Sociedades Anónimas Abiertas”, estos pueden ser corporaciones, fundaciones o sociedades anónimas deportivas. La ley contempla además disposiciones que amparan a los hinchas, dirigentes, jugadores y lo más importante, a los posibles acreedores. Con bastante claridad se establecen las obligaciones y deberes de los actores del club deportivo. Trae entre otros puntos la posibilidad de pagar las deudas que se tengan con el estado en forma muy cómoda.


El casi seguro remate por parte se Sunat de Campo Mar esta semana y el probable remate del Estadio de Alianza muestra la ineficiencia y la agonía de estas instituciones muchas veces causadas por el mal manejo por parte de sus directivos. Con la transformación de la personería jurídica lo que se busca es adaptar una figura del Derecho a la realidad; la cual ha demostrado, en otras instituciones ; que es la mejor y única forma de conducir un equipo de futbol al éxito.


Aqui pues dos historias totalmente opuestas que derivan de un buen y un mal funcionamiento de la personería jurídica y gerencial. Imaginar al fútbol como un mercado en el cual las empresas compitan por obtener el mayor beneficio posible, sea de ingreso por patrocinador, por derechos televisivos, premios por clasificación a torneos internacionales y demás medios que generen ingresos; generará de manera directa beneficios para el nivel futbolístico del campeonato local y para los fanáticos en general. La figura de una sociedad anónima deportiva es el futuro de este tipo de instituciones; su inclusión en el mercado de valores puede traer consigo la inyección de capital que estas instituciones necesitan para poder equiparar el nivel sudamericano por lo menos.

Pepe Alvarengo. Blog La Mula

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