domingo, 30 de enero de 2011

Hasta siempre, 'Veco'


Hace un año se fue el, quizás, último gran maestro de la prensa deportiva. Aquí, el reconocimiento que, en su momento, le tributé…

No puedo darme el lujo de decir que fui su amigo como varios bendecidos. Sin embargo, si puedo afirmar que, además de leerlo desde muy pequeño, compartí algunas horas con él y me resultaron de las más importantes que el periodismo, a este humilde columnista de cada cuatro días, le ha dado.

Aquellos -y no son pocos-, quienes aseguran que Don Emilio Lafferranderie revolucionó el reporterismo deportivo en el Perú no exageran un ápice. Y eso basta para resumir la magnitud que la trayectoria de ‘El Veco’ ha tenido aquí y en el continente. Tras llegar a Lima, en 1981, su verbo o pluma, sea reprobatoria o halagadora pero siempre pulcra y risueña, noble en la forma pero punzante en el fondo, rápidamente encajó en las expectativas de una afición atlética que crecía a la par de los éxitos del fútbol, clasificado al mundial de España 82, y el voley, subcampeón mundial un año antes.

Por eso, los peruanos empezamos a quererlo de inmediato y los cuatro meses que tenía proyectado residir en la capital se convirtieron en muchos años hasta decidir, como siempre aseguraba en sus últimas entrevistas, “morir acá, junto a Lolo, Juan Joya, Toto Terry...”

Eran inicios del 2000 cuando me recibió en el hotel Libertador. Y, tan humilde como elocuente, este odontólogo charrúa metido a extraordinario periodista me dijo, entre otras cosas, una frase que la recuerdo tan clara como los abrazos de mi madre: “el mejor consejo lo recibí de Constancio Vigil, fundador de El Gráfico: si tu comentario no motiva una sonrisa, lágrima o discusión, no sirve; ¡debes generar algo, hijo!” Un maestro.

Así, su partida la sienten en toda Sudamérica, desde el ex presidente uruguayo Julio Sanguinetti, pasando por el escritor argentino Jorge Barraza hasta el entrenador Sergio Markarián. Y además, que duda cabe, miles de nacionales que encontramos en él una forma fácil de amar al deporte. Hasta siempre, querido ‘Veco’.

Febrero del 2010. Diario La Industria.

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