A diferencia del futbol y el béisbol, el tenis ha permitido, y sobre todo aceptado, que para el bien del espectáculo la tecnología debe ser parte esencial del juego.
En los '80 se introdujo el cíclope, el ojo electrónico para determinar si un servicio era legal o falta. En 1991, en la cancha central de Wimbledon, se empezó a medir la velocidad del servicio. En 1996, también en La Catedral del tenis, se instaló el nuevo sistema de monitoreo en la red para determinar si en el servicio la pelota la tocaba y, más recientemente, el 22 de mayo de 2006, en el torneo Nasdaq 100 en Miami -así se llamaba por entonces-, Jamea Jackson fue la primera jugadora en hacer uso del Ojo de Halcón. Ese mismo año, Mardy Fish fue el primero en emplearlo pero en un Grand Slam, en el US Open. Todo esto fue pensado para el beneficio de los jugadores y jueces, así como de los aficionados. Tal vez al inicio no fueron aceptados, pero lo más importante es que han ayudado al espectáculo.
El Ojo de Halcón puede ser la innovación tecnológica más grande que ha hecho el tenis. La NFL, en 1986, empleó la repetición instantánea, que es muy distinto a lo que se hace en el tenis, porque el Ojo de Halcón es más que una repetición, es una imagen computarizada que no deja duda de si la pelota salió, o no. Les guste o no a los jugadores, jueces y aficionados, el Ojo de Halcón llegó para quedarse, pero no ha evolucionado.
El año pasado, en las semifinales del Abierto de Estados Unidos, a Serena Williams se le marcó una falta de pie: la acción fue muy polémica y la televisión, por más repeticiones que mostró, no pudo determinar si había o no pisado la línea.
Pero en el partido del miércoles por la noche, entre Andy Roddick y Janko Tipsarevic, ocurrió algo similar. Justo después de un supuesto ace de 'A-Rod', la jueza de línea indicó que había cometido falta de pie, lo que enfureció al jugador, que lanzó cualquier cantidad de impropiedades contra la jueza. Las repeticiones mostraron que el pie izquierdo de Roddick, efectivamente, había pisado la línea de base antes de hacer contacto con la pelota. ¿Se imaginan qué hubiera pasado si el Ojo de Halcón también revisara este tipo de acciones?
Los jueces intentan hacer su trabajo lo mejor posible: si los "berrinchudos" 'A-Rod' o Serena creen que es una cacería contra ellos están muy equivocados. La FIFA o MLB difícilmente tomarían acciones en algo así, pero el tenis siempre está a la cabeza de la mejora del espectáculo, ¿o no?
Eduardo Varela. Espndeportes.com
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