Hoy, cuando un trujillano nos revalora en la selección nacional, quiero recordar un artículo que escribí en marzo pasado:
Cierta ocasión, Víctor Flores Corbera, con esa licencia que le dá ser uno de los mejores dirigentes que Trujillo tiene, me dijo, mientras mirábamos un entrenamiento de la UCV: “ ese chico, aunque varios lo critican, es muy responsable y más pujante que cualquiera; ten seguro que llegará a la selección”.
No han pasado muchos años y la realidad, incluso, ha superado los atrevidos designios de mi amigo sobre José Carlos Fernández. Aquel futbolista de gran tamaño y fuerte golpe de cabeza pero pasos torpes y tan hábil como una estatua que veíamos a mediados del 2005, luego se hizo cañonero en Cienciano, jugó en el seleccionado sub 23, emigró a Europa y ahora es goleador de Alianza Lima y brilla en la Copa Libertadores.
Sin embargo, para el trujillano de 26 años triunfar no ha sido fácil y sus logros resultan una clara muestra de lo que significa ser perseverante. Eso lo sabemos quienes vimos sus inicios en Sport Coopsol, en el 2002, y sufríamos cuando de cada siete ocasiones de anotar sólo hacia una, pero alabábamos su afecto a la disciplina y total entrega al trabajo.
‘Zlatan’, ya sea con el recordado Sergio ‘Ché’ Pereyra o Juan Caballero como entrenadores, era el primero en llegar a las prácticas y el último en irse. Nunca rechazaba una orden y siempre fue el más dedicado en los ejercicios. Y ese es su principal aporte cada vez que debe jugar: podrá equivocarse y hasta generar silbidos del público, pero su coraje y voluntad siempre le darán las armas para, sino anotar, terminar entre aplausos. Hasta la próxima.
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