martes, 20 de julio de 2010

Béisbol: crónica de una pasión



NUEVA YORK.- Cuando, en la parte baja del séptimo inning, Alex Rodríguez conectó un grand slam que desniveló el partido a favor de New York Yankees, el estallido que se produjo en el Yankee Stadium fue muy similar al de un gol de la Argentina ante Brasil en el Monumental.

El béisbol es un deporte poco conocido en la Argentina. A los ojos del espectador circunstancial, puede resultar aburrido y hasta difícil de entender. Sin embargo, en Estados Unidos atrae millones de fanáticos y, si bien perdió un poco de popularidad ante el avance de la NBA y el football americano, sigue siendo uno de los principales entretenimientos de los norteamericanos.

"Es como el fútbol para los argentinos", dice Tom Marino, un aficionado que, junto con otros miles, se dirige al estadio en la línea 4 del subte de Nueva York, rumbo al Bronx. El Día de los Caídos (Memorial Day) es un feriado importante en los Estados Unidos: se recuerda a los soldados norteamericanos fallecidos en las distintas guerras. Esa tarde, primaveral, soleada, New York Yankees enfrentó a Cleveland Indians. El flamante estadio estaba casi colmado: 44.976 espectadores disfrutaron con la victoria de su equipo (11-2), una cifra nada mala si se tiene en cuenta que la temporada regular consta de 162 partidos.
Pero ¿qué es lo que los atrae de este deporte tan particular? Sin duda que el show montado alrededor juega una función importante. Antes del comienzo, el grupo 4Troops, integrado por cuatro ex combatientes, entonó el himno norteamericano. Luego, durante el partido, entre un inning y otro se realizaron diversos tipos de sorteos y concursos con los espectadores. A nadie le importa perderse unos minutos del juego por ir a comprar comida y bebidas (un sándwich de lomo sale 8 dólares; una gaseosa, 5; una cerveza, 9). Al término del encuentro, los locales con suvenires e indumentaria del equipo que hay dentro del estadio se llenan (la camiseta original cuesta 225 dólares).

"El béisbol tiene un ritmo relajado que permite que uno pueda comer algo mientras mira el partido, socializar con la persona de al lado, conocer gente. Hay mucha camaradería; es como una gran familia", agrega Rob Rosen, periodista de 77 años que cubre los partidos de los Yankees desde 1962. "Además, es un deporte estadísticamente perfecto", algo que para los norteamericanos es muy importante.

El home run de Rodríguez fue a parar más allá del jardín central, donde se encuentra el Monument Park, un museo al aire libre donde se exhiben monumentos y plaquetas que honran a las leyendas de los Yankees (como Babe Ruth y Joe Di Maggio -quien se casó con Marilyn Monroe-) y los números retirados. Allí se funden dos componentes fundamentales de la riqueza de este deporte: tradición y modernidad.

"El béisbol es el deporte con mayor arraigo tradicional en Estados Unidos", explica Jason Zillo, director de relaciones de prensa de los Yankees. "Fue creado en este país a fines del siglo XIX y se transmite de generación en generación. No por nada lo llaman America´s Pastime." De hecho, era común ver parejas de padres con hijos, todos vistiendo alguna alusión en azul y blanco.

Sin embargo, cuando el viejo Yankee Stadium -abierto en 1923 y remodelado en 1977- quedó obsoleto, nadie objetó que se demoliera y se construyera uno nuevo, exactamente al otro lado de la calle. En éste se inauguró la temporada anterior y el estreno no pudo ser mejor: los Yankees ganaron su 27» Serie Mundial (así se denomina la final, al mejor de siete), la primera en nueve años. Tiene capacidad para 50.287 espectadores y la más alta tecnología; por ejemplo, una pantalla de alta definición (HD) de 30x18 metros. Aunque conserva algunos puntos en común con el original, como las medidas del terreno de juego y detalles arquitectónicos, está a tono con la nueva tendencia que llevó a muchos equipos de todos los deportes en Estados Unidos a construir estadios nuevos con palcos de lujo, cuyos principales compradores son las grandes compañías.

Derek Jeter, el capitán y alma de los Yankees, graficó aquella combinación (tradición-modernidad) mejor que nadie en su improvisado discurso tras el último partido en el viejo estadio: "Aunque nos mudemos, hay algunas cosas que nunca cambian: orgullo, tradición y el hecho de tener los hinchas más grandiosos. Confiamos en que ustedes se lleven los recuerdos del viejo estadio y los unan con los que construyamos en el nuevo y lo transmitan de generación en generación".

Como se ve, en muchos aspectos se parece bastante al fútbol nuestro. "El béisbol es apasionante porque es impredecible. La estrategia es muy fundamental y el partido no se termina hasta que se juega la última bola", continúa Tom. "Pero ante todo venimos al partido porque somos fanáticos de los Yankees, ésa es motivación suficiente. Los hinchas de los Yankees son los más fieles."

Las costumbres pueden ser distintas, pero la pasión es la misma. 275 millones de dólares por 10 años es el contrato que firmó el norteamericano de origen dominicano Alex Rodríguez, el mejor pago en la historia de las Grandes Ligas. En la última lista Forbes ocupa el lugar número 13 entre los deportistas mejor pagos.
47 años tiene Jamie Moyer, el más veterano de los actuales jugadores de campo. Normalmente juegan hasta los 40 años. Por otra parte, el promedio de un pitcher por temporada es de 28 partidos. 162 partidos como mínimo juega un equipo por año, ya que ésa es la cantidad de la temporada regular. En el último campeonato la cantidad de público asistente fue de 73.418.479 personas.

Alejo Miranda. Diario La Nación. Argentina.

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