Con bombos, platillos y piñata Arturo Woodman, presidente del IPD, anunció que nuestra ciudad postulará como sede para los Juegos Bolivarianos del 2013. Un evento que, cada cuatro años, reúne a más de 5 mil deportistas de Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá, Perú y hasta Chile que sería invitado para esa edición, pero además, supondría un movimiento económico y turístico extraordinario. Todo bonito si también adicionamos los grandes beneficios en infraestructura deportiva que recibirá Trujillo con los más de 50 millones de soles que financiarían el gobierno nacional, regional y edil. Hasta el Mansiche volvería a tener césped natural y renovaría su vieja pista atlética.
Sin embargo, abrumados por esa lógica emoción de postular a un torneo de tal magnitud, las autoridades locales no deberían olvidar que la Capital de la Cultura ni por asomo estaría en condición de asumir un certamen como ese si antes, y en sentido prioritario, no se superan problemas sociales evidentes como la desocupación, la limpieza pública y, sobretodo, la inseguridad ciudadana. La capital liberteña, y esto no es novedad para nadie, se ha convertido en una comunidad peligrosa, donde la pobre dotación policial no puede contrarrestar los índices de asaltos, asesinatos o accidentes que cada día se generan y copan las informaciones impresas, radiales o televisivas. Entonces, ¿cómo haríamos para cuidar a miles de visitantes de todo el mundo?
En ese sentido, y con la firme ilusión de ganar la elección (a fines de año vendrían representantes de la Organización Deportiva Bolivariana – Odeba- para evaluar la propuesta) sería una buena oportunidad para que gobierno regional y municipal dejen de lado diferencias políticas, se unan y elaboren estrategias por un derecho que Trujillo y sus miles de deportistas merecen. Hasta la próxima.
Oswaldo Rivasplata González. Vespertino Satélite.
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