Después del fácil debut en el Mundial contra Argelia, Perú tuvo dos enfrentamientos contra rivales de escuelas distintas, ambos de gran nivel, que permiten adelantar algunas conclusiones y comprender un par de cosas: cuál es su verdadero sitial en el contexto internacional y a qué aspira en esta competición.
1. Japón 3 – Perú 1
El sábado, Perú enfrentó al que debe ser uno de los equipos más asombrosos y divertidos del torneo, si no de la historia. Ver jugar a este Japón, que venía de levantar un partido increíble frente a Polonia luego de ir perdiendo 2 a 0, es asistir a una clínica de vóley, que incluye sensacionales innovaciones. El entrenador Masayoshi Manabe logra engranar una maquinaria que roza la perfección, con alternativas para casi cualquier dificultad que plantea el contrario, y cambios específicos para coyunturas difíciles del juego.
Destacan en esa estructura sus dos jugadoras más pequeñas: la armadora Yoshie Takeshita y la líbero Yuko Sano. Perú, en cambio, sorprende por su corta rotación. Apenas Angélica Aquino por Yulissa Zamudio al saque, y Carla Rueda por una irregular Karla Ortiz (casi un calco de Seúl 88, cuando Alejandra de la Guerra entraba al saque, y Cenaida Uribe y Natalia Málaga se alternaban en el ataque). ¿Tendrá algo que ver Man Boc Park, tan acostumbrado a los equipos cortos, con siete u ocho jugadoras aptas para entrar en la cancha? Preocupa también el cansancio del equipo al final de cada set. ¿Será por la dieta de huevo frito con arroz que tuvieron que comer estas deportistas de alta competición durante su estadía en Corea, por problemas de organización?
2. Serbia 3 – Perú 1
Como la mayoría de equipos de la Europa del Este, el representativo de Serbia es lento, previsible y recibe mal, pero compensa todo lo anterior con estatura y potencia. Desde un comienzo se pudo ver un partido muy distinto del que Perú jugó contra Japón. El servicio peruano consiguió hacer mucho daño a la defensa serbia, especialmente en el segundo set, que se ganó al añadir un excelente trabajo de bloqueo de Julissa Zamudio, Elena Keldibekova y Leyla Chihuán. Pero a partir del tercer set, encabezadas por la intimidante opuesta Jovana Brakocevic (1,96 metros), y con una suma de errores de Perú, en especial al momento de la recepción (que se podría corregir adelantando las líneas y priorizando el boleo antes que el antebrazo), Serbia impuso condiciones y se hizo del triunfo.
Ahora faltan Polonia y Costa Rica. Luego de un partido ganado y dos perdidos, Perú deja la impresión de un equipo que debió foguearse más en la preparación para alcanzar su óptimo rendimiento, pero al que le falta muy poco para ser, de veras, animador de este Mundial.
Raúl Tola. Diario El Comercio.
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