Hace unos días, retornado de Curitiba, Brasil, mi amigo Héctor Bocanegra comentaba, emocionado, de como en esa ciudad se ha instalado una importante cultura ambiental. “Desde el niño hasta el anciano, civiles y autoridades, cuidan la naturaleza, y así, la población se involucra para conformar una sociedad modelo” me decía, en una charla de café. Pero, la admiración va más allá si analizamos la forma en que se genera esa incursión pro-ecológica en la ciudadanía garota: de manera lúdica, divertida. “Las autoridades nos dijeron que el gobierno instauró en los colegios cursos de preservación medio ambiental que se dictan cada semana pero de forma vivencial, en la calle”, nos explicó.
Y otros ejemplos como el de Héctor podemos dar para sustentar lo importante que resulta, en la búsqueda de alentadores resultados en cambio de mentalidades o prácticas, la buena utilización del juego. Pero, con uno basta, y, con ocasión de la 41ª. Maratón de Trujillo, hubo otro espejo importante: el certamen tuvo un lema que resultó tan adecuado como bien fraseado en una ciudad que cada vez pierde espacio ante la delincuencia. Fue “Corramos por la Paz”.
Así se presentó en conferencia de prensa y se promovió con avisos publicitarios diversos. Y así, seguro, lo sintieron los cientos que vibraron ayer con una competencia que ha dado otro paso importante para ganar mayor trascendencia en el crecimiento de nuestra sociedad. Ya, y esto va para la plana gerencial de una empresa editora – La Industria- en la que participo desde 1997, si reactivan “Pelota de Trapo” y la dan la misma denominación sería genial. Hasta la próxima.
Oswaldo Rivasplata González. Diario La Industria de Trujillo.
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