sábado, 27 de noviembre de 2010

S.A: salvación de los clubes peruanos

El drama que vive Cienciano del Cusco, sin duda el club peruano más exitoso de la década, los malabares que hacen Universitario y Alianza para reponerse de la crisis económica, vuelven a ocupar la atención de quienes creen que todo eso se puede evitar, que hay una ley en vigencia de la que se pueden servir y que la esperanza de un futuro promisorio es una realidad.

El doctor Carlos Torres Morales, representante del estudio Torres y Torres Lara, y el especialista en estos temas, el español Sabino López, coinciden en sostener que la Ley 29504, que promueve la transformación de los clubes en sociedades anónimas abiertas, es la gran alternativa para que Perú tenga un fútbol sin problemas, moderno y con una estructura como la que posee España, que también pasó por lo mismo y ahora goza de bonanza.

El doctor Carlos Torres asegura que a los clubes solo les falta mayor información sobre los alcances de la ley, que ya tiene nueve meses de vigencia, y que por ello hasta el momento no la ven con mucho interés. Resaltó al mismo tiempo que la Ley 29504 está dirigida a todos los clubes y no solo para aquellos que tienen deudas.
Expresó que este 4 de diciembre se vence el plazo para que todos los clubes se adecúen a la ley y que el 4 de abril del próximo año finaliza el plazo para acogerse al Régimen Especial de Fraccionamiento Tributario que les permitirá pagar sus deudas con la Sunat en 20 años.

“Esta no es una ley con nombre propio. Es una ley para todos los clubes. El presidente del Cienciano del Cusco sabe que esta es una ley que puede salvar a Cienciano de la crisis y de la desaparición. Solo falta que los dirigentes pongan un poco más de atención”, explicó. Agregó que “tampoco debe existir el temor de que el gobierno se convierta en el futuro en dueño de los clubes en caso no paguen las deudas. No hay riesgos para quienes quieran invertir”.

“La Conasev (Comisión Nacional Supervisora de Empresas y Valores) garantiza transparencia no solo en la gestión de los clubes, sino también en la información para ponerla a disposición del público, con la situación económica auditada permanentemente”, indicó. Por otro lado, Sabino López, quien encabezó la comisión que inició el cambio en el fútbol español, dijo que una realidad similar vivían los clubes de su país, con fichajes que no podían pagar y sueldos fuera de su realidad.

“Lo que hace falta acá es liderazgo, alguien que reúna a todos los dirigentes protagonistas de los clubes. Alguien que le ponga la realidad sobre la mesa y que todos expongan su verdadera situación. Además era una ley que obligaba a los clubes a ser sociedades anónimas, sino quedaban afuera”, dijo López, que participó, junto a otros especialistas, en un encuentro para analizar este tema organizado por ESAN.
El experto español no quiso referirse al papel de quien está al frente de la Federación Peruana de Fútbol, pero insistió en señalar que la ley peruana abre una puerta a la modernización.

Las opciones para la salvación
De acuerdo al estudio realizado por el abogado Carlos Torres, los clubes que operan como asociaciones tienen tres opciones: constituir un fondo y celebrar un contrato de gerencia con una sociedad anónima inscrita en Conasev, constituir una sociedad anónima abierta en la que la asociación participará como socia aportando el patrimonio neto con que cuenta el club y transformar la asociación a sociedad anónima abierta.

El club Universidad San Martín fue la primera institución en ser manejada como sociedad anónima desde el 2004. Después de eso fue campeón en 2007 y 2008, y este momento se alista para conquistar un nuevo título nacional ante León de Huánuco.

Presiciones
Deudas. De los 16 clubes profesionales, 13 tienen deudas tributarias. Universitario debe más de 70 millones de soles y Alianza más de 15 millones. Cienciano debe 7 millones de soles, Melgar de Arequipa 3 millones y Sport Boys casi siete.
Las S.A. Actualmente los clubes profesionales de San Martín, César Vallejo, Sporting Cristal, Juan Aurich y CNI de Iquitos son los únicos que ya pasaron a ser sociedades anónimas.

Carlos Baltazar. La República.

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