El 2002, hubo un grupo que, con perfil bajo y mucha voluntad, asumió un compromiso al cual, según el sentir del propio presidente de la institución, solo iba con el fin de cumplir y nada más. Para sorpresa general, el equipito aquel concretó una campaña memorable hasta convertirse en subcampeón del torneo nacional sub 20 que organizó la FPF.
De ese Sport Coopsol – que derrotó a Alianza Lima, Universitario, Cristal, Boys, Cienciano y todo rival- salió el que quizá se convierta en el mejor jugador liberteño de todas las épocas: José Carlos Fernández. Era dirigido por el recordado Sergio ‘Ché’ Pereyra, conformado prácticamente sólo por trujillanos (Marco Llave, Eddy Pérez, Spencer Alcántara, Michael Finke, José Flores, Juan Pretel y Luis Luna Victoria son algunos de los más conocidos) y nutría eventualmente al cuadro profesional que, lamentablemente, perdió la categoría a fin de temporada.
Muchas coincidencias más tenía aquel elenco con el Deportivo UCV, flamante y justo ganador del torneo de Promoción y Reservas. Pero la más importante – y hoy deseo enfatizar- es que el plantel de Benjamín Navarro también está integrado por gran cantidad de jugadores locales caso Pajares, Recalde, Vigo, Carbajal, López, Mannucci, Ortega, Carranza (goleador y ex recogebolas del plantel), y otros.
Y es que esa ventaja, además de revalorar al atleta trujillano, sienta las bases para, en un largo plazo, pensar en un cuadro liberteño auténtico. En un representante conformado, básicamente, por capacitados elementos nativos los cuales, nadie lo dude, aparecen cada temporada pero por diversas razones se quedan en el camino. Allí, entre varios objetivos, debería su directiva apuntar. Hasta la próxima.
Oswaldo Rivasplata. Diario La Industria de Trujillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario